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Telmo Ucha | Concejal de Seguridad Ciudadana

Fiestas en pisos y botellones desbordan a la Policía Local: “La gente se desmadró”, dice Ucha

El edil de Seguridad afirma que “voy a exigir que la Nacional se implique pues esa es su competencia” | Los agentes no pudieron dispersar un macrobotellón de 700 personas en As Mercedes por falta de efectivos

Terrazas en la zona de vinos del casco histórico tras la reapertura hostelera Iñaki Osorio

La Policía Local de Ourense vivió un fin de semana sin precedentes, con decenas de llamadas por ruidos a altas horas de la madrugada, la mayoría por fiestas en pisos, terrazas llenas, botellones itinerantes que se iban moviendo por el casco urbano según detectaban la presencia policial. La juerga remató con un macrobotellón en Praza das Mercedes, según confirmó la propia Policía Local, que congregó hasta 700 personas de 18 a 30 años de edad, consumiendo alcohol y en buena parte sin cumplir los requerimientos del COVID.

Unos agentes desbordados por el caos requirieron apoyos de la Policía Nacional, que dijo carecer de efectivos, con lo cual no pudieron realizar ni identificación ni requerimientos por las conductas ilícitas descritas. A las 6.30 de la madrugada, relataron, la fiesta en la calle continuaba en As Mercedes , “y ante la descompensación existente entre las personas reunidas”, señalaron, y las pocas patrullas policiales que había, tres en esos momentos, tuvieron que optar por hacer labor estática y disuasoria. Nadie los apoyó en algo que no es de su exclusiva competencia, denunciaron.

La Local no tuvo apoyos, y la noche remató con un macrobotellón en Praza das Mercedes, de hasta 700 personas bebiendo alcohol y muchos sin cumplir normas COVID

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Policías “Desamparados”

Además, otras llamadas como la que se produjo en la central requirieron presencia policial por un caso de violencia de género y la multitud, unida a la diversidad de cometidos que tiene encomendados la Policía Local, máxime en época COVID, los dejó “desamparados”.

El propio concejal de Seguridad Ciudadana, Telmo Ucha, definía lo que ocurrió en la madrugada de este fin de semana: “después de un año de restricciones la gente se desmadró, y la Policía Local no puede atender todas sus competencias en solitario”.

Recordó que estos botellones son competencia de otros cuerpos de seguridad, en este caso de la Policía Nacional, “y la labor de la Local debe de ser de refuerzo, por este motivo voy a tratar este tema en la próxima junta local de seguridad del mes de julio, están todos los responsables representados, para exigir que colaboren”, señaló.

Captura de móvil de un vecino del macrobotellón de As Mercedes de madrugada

Unos agentes desbordados por el caos requirieron apoyos de la Policía Nacional, que dijo carecer de efectivos, con lo cual no pudieron realizar ni identificación ni requerimientos por las conductas ilícitas descritas. A las 6.30 de la madrugada, relataron, la fiesta en la calle continuaba en As Mercedes , “y ante la descompensación existente entre las personas reunidas”, señalaron, y las pocas patrullas policiales

Botellón y ruido se dispersan

Pero además el problema tras los primeros días de verano es que se dispersa por toda la ciudad. Hubo al menos 8 llamadas por ruidos en fiestas en pisos desde calle de la Paz, en Rampa Riestra, en la calle Padre Feijóo, otra llamada por ruidos de una fiesta en un piso de Camino Caneiro o por reuniones en viviendas de Rampa de Sás en O Couto y Rúa Teilleira.

Hubo una llamada a la Policía, por una fiesta con churrasco en un piso de calle Progreso y otra por una "foliada" con gaitas en Seixalbo

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Como curiosidad hubo una llamada con conflictividad, y un “no le abrimos la puerta” a la Policía, por un churrasco en un piso de calle Progreso y, también de madrugada, denuncia por una “foliada” de gaitas y tamboriles en una calle de Seixalbo, ya en el rural de la ciudad.

El interminable relato incluye llamadas insólitas a la Policía Local, como una por ruidos en la terraza de un café de Roi Paez. Al llegar, comprobaron que además de tener más veladores este local en la calle que los que tenía otorgados, varios de ellos se encontraban encima de plazas de estacionamiento público que deberían estar libres para uso de los vecinos que quieran aparcar sus coches, y no para instalar las mesas sillas del bar. Una locura sin freno, en la ciudad, que preocupa ya a las fuerzas de seguridad.

"Traeré mandos en comisión de servicios"

Fiestas en pisos y botellones desbordan a la Policía Local: “la gente se desmadró”, dice Ucha

Fiestas en pisos y botellones desbordan a la Policía Local: “la gente se desmadró”, dice Ucha M.J.A.n

El concejal de Seguridad Ciudadana reconoce que además de exigir esa implicación que le corresponde a la Polca Nacional “ellos pueden solicitar refuerzos de forma inmediata en la plantilla para situaciones excepcionales, pero una Administración local tiene que entrar en un proceso administrativo que puede durar meses”, indica. Sin embargo, en tanto no se consigue esa necesaria colaboración de las fuerzas de seguridad, “voy a intentar traer mandos de Policía Local en comisión de servicios para cubrir esos puestos y que los policías puedan seguir en la calle; pero este proceso lleva meses”, lamenta, “y la problemática es ahora, en este contexto post COVID y con una plantilla de menos de 100 efectivos cuando se necesitarían 150 en la ciudad.

“Me fui al pueblo para poder dormir y a las 6.30 la gente seguía bebiendo en la calle y los camiones al lado limpiando” dice un vecino del casco viejo

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El problema ya no se queda solo en el casco viejo de Ourense, pero el mayor número de fiestas en pisos, ruido en terrazas y restos del botellón una vez que cierran los locales sí se suele concentrar en el entorno de la llamada “zona de los vinos”. Los testimonios que aportaban ayer algunos vecinos ratifican que la mayor parte se van los fines de semana a dormir a otras segundas viviendas o a sus pueblos, para poder descansar. Así relataba uno de los consultados. “Decidí irme este fin de semana a la aldea para poder dormir”, explica un residente de la zona histórica, “pero bajé pronto, sobre las 6.30 horas de la madrugada y aluciné. Había mucha gente pese a estar los locales cerrados, bebiendo en la calle, los portales llenos de botellas vacías, y los del servicio de limpieza al lado, limpiando entre ellas “ ¿Qué ciudad es esta?”, se preguntaba.

Otra vecina de esta zona histórica relataba cómo fue testigo del “desmadre” , como lo califican los propios policías locales. “Me acosté pronto porque tenía que madrugar y sobre las 6 de la mañana había restos de la noche, pequeños grupos de chavales con bebida en las manos. No tengo ni idea de dónde podrían venir, aunque sospecho que, como algunos llevaban mochila, podría ser bebidas de autoconsumo, lo que quedaba de los múltiples botellones”, indicaba. Reconocía que al menos “no iban muy pasados, colocadillos pero correctos” , se consolaba, pues cuando tuvo que asomarse a la ventana para pedirles que bajaran el volumen al menos le hicieron caso y sin amenazar, algo que ocurre a menudo. Otro vecino consultado sobre cómo había pasado el fin de semana como residente en la zona cero de nuevo de la movida nocturna, y por tanto de los ruidos, respondió que “ya no estamos viviendo ahí, nos vamos todo el verano al vivir al pueblo, aquí hay tranquilidad”. La Policía, con cuatro o cinco patrullas por la noche no da abasto. En la centralita, una sola persona se ocupa de las dos líneas y la emisora de radio.

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