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¿Quién se baña aquí?: el tesoro termal se oxida tras catorce meses cerrado y sin mantenimiento

E La únicas termas públicas siguen cerradas desde marzo de 2020, sin revisiones ni limpieza desde entonces E La Plataforma Ciudadana Amigos das Termas denuncia el abandono y dotaciones cerradas como los aseos

Las escasas dotaciones de la capital termal de Galicia se oxidan. Tras catorce meses de cierre por la declaración del estado de alarma por la pandemia, las termas públicas no solo siguen cerradas, sino que la falta de mantenimiento de las instalaciones, sin limpieza, con maleza sin desbrozar, aseos cerrados y caminos y fuentes rotas, está causando, según la plataforma ciudadana Amigos das Termas, no solo una merma del turismo, sino “daños irreparables” a las instalaciones que luego va a ser más costoso reparar, afirman.

Catorce meses después del cierre por pandemia de las pozas termales públicas –aunque el centro privatizado de Outariz sigue funcionando– el deterioro de las orillas termales es mayúsculo.

“No podemos ni bajar al río”

Amigos das Termas, integrada por cientos de personas que eran fieles usuarios y además la prueba, afirman, de las propiedades salutíferas de las aguas, se queja de que no solo se les ha privado durante este largo año de esas terapias, sino que el vallado de Termas do Muíño “las de mayor belleza natural y muy demandadas, nos impide incluso entrar para tomar el sol, o para bañarnos en el cauce fluvial, porque era esa una de las playas fluviales, junto con las que hay en Oira, Playa de la Antena, Puente Viejo, la playa fluvial de A Chavasqueira y otra similar al lado de las termas de Outariz”, explica Enrique Camoeiras, portavoz de la nueva plataforma de usuarios.

Además, las riberas fluviales del Miño son el lugar habitual de paseo y para hacer ejercicio de cientos de ourensanos y fueron también el balón de oxígeno tras meses de encierro por la pandemia. Sin embargo, no hay aseos disponibles y si alguno abre ocasionalmente su estado “está tan insalubre por falta de mantenimiento que declinas entrar”, indica Antonio, una de las personas que realizan habitualmente estos recorridos a pie por las riberas.

En establecimientos hoteleros de la ciudad reconocen también que el cierre de las termas está mermando el turismo, porque muchos, antes de hacer la reserva, preguntan si están funcionando las doce pozas públicas de la ciudad. Javier Estefanell, director del hotel Barceló Ourense, antiguo San Martín, reconocía en declaraciones a FARO que “el cierre de las termas nos está provocando ya más daño en estos momentos que la propia pandemia”.

Algunos restaurantes próximos a las termas cerraron por falta de visitantes y el turismo de autocaravana “que el alcalde critica”, lamenta Camoeiras, “daba muchos ingresos a los locales de A Ponte, a los que iban a comprar”.

Sin obra nueva desde 2010

Este abandono es cosa de los últimos catorce meses, pero además veinte años después de que se pusiera la primera piedra de aquel “tesoro” termal de Ourense, que iba a ser el bum económico de la ciudad, mediante la explotación de un recurso endógeno propio como sus aguas mineromedicinales, no hubo casi evolución: la última dotación inaugurada fue en 2010. A partir de ahí hubo bajas, como el cierre desde 2015 del camping de Untes, ubicado al lado de termas de Outariz, desmantelado progresivamente por los robos.

Además, las termas privatizadas de A Chavasqueira siguen sin restaurar tras el incendio que las devoró en abril de 2019.

No hay tampoco plazos para su reconstrucción y el organismo de cuencas sigue pidiendo informes.

Cronología de la oferta termal

Las únicas dotaciones termales se hicieron entre 2001 y 2010. A partir de ahí, la nada. A finales de 2001, el gobierno municipal de Manuel Cabezas inaugura las primeras pozas termales en A Chavasqueira. En septiembre de 2006 abren Termas do Muíño, a día de hoy aún sin declaración de uso como aguas mineromedicinales lo que impedirá utilizarlas como tal en uno o dos años.

En 2007 se inauguraron las pozas de Outariz y en agosto de 2008, al lado, el Centro Termal Outariz de pago, que sí ha seguido funcionado.

La última dotación fue en 2010, con la apertura del Centro Termal de As Burgas en el casco histórico. Son 1.700 metros cuadrados de espacios termales en total ahora creados. El gran hotel balneario de la ciudad, sigue esperando.

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