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Más de 15.000 centros de trabajo echaron el cierre en Ourense durante el año de la pandemia

Local comercial cerrado y en alquiler en la calle Santo Domingo, en pleno centro comercial de la ciudad. | // IÑAKI OSORIO

El impacto que la crisis sanitaria ha tenido en la actividad económica de Ourense se ve en las calles. Persianas bajadas, escaparates empapelados, carteles de liquidación y anuncios de venta o alquiler en bajos y oficinas. En cifras, esa realidad se traduce en 15.430 centros de trabajo menos en marzo del año en curso frente al mes de febrero de 2020, justo antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia del COVID-19.

En términos porcentuales, el desplome en las cuentas de cotización de las empresas es del 53%, lo que supone que más de la mitad de las actividades que se desarrollaban en Ourense antes del coronavirus han causado baja en la Seguridad Social durante los últimos trece meses. El peso de la actividad económica provincial en el conjunto de Galicia apenas ha variado, y se mantiene en el 11,5%. Según los datos recogidos por la Consellería de Economía, Emprego e Industria, antes del COVID había en Ourense 29.182 cuentas de cotización frente a las 13.752 inscritas a cierre de marzo de 2021.

La cuenta de cotización es el código que la Tesorería asigna al empresario para el control de sus obligaciones con la Seguridad Social, por lo que una empresa con actividad en varias provincias o con colectivos de trabajadores diferentes puede tener varias cuentas. Cada una de ellas, aclara la consellería, corresponde más a un centro de trabajo.

El mayor impacto, en la hostelería

En el caso de Ourense, la hostelería es la que ha sufrido con mayor intensidad el efecto de esta crisis. Desde que irrumpió la pandemia se perdieron 1.758 cuentas de cotización en el conjunto de la provincia, lo que supone una caída del 57%, al pasar de 3.088 en febrero de 2020 a 1.330 en marzo del 21.

La industria se contrajo un 53% tras caer de los 2.020 inscritos a 950. El comercio, incluyendo los talleres de reparación de vehículos, es la tercera actividad más afectada por esta crisis económica en Ourense. De los 5.518 centros de trabajo registrados en febrero del pasado año baja a 2.610, lo que representa una caída del 52,7%.

La presidenta de la Federación Provincial de Comercio, Beatriz Gómez, destaca la tristeza que produce “ir por al calle y ver persianas bajadas”. Afirma que en muchos de estos negocios no hay expectativas de reapertura. “La situación es muy delicada y hay comerciantes que optaron por adelantar la jubilación”, añade. La oleada de cierre no es algo que haya finalizado, advierte, “hubo muchos el año pasado, pero la sangría continúa en 2021, no se ha frenado”.

A pesar de las nubes grises que amenazan el sector, la portavoz de la federación lanza un mensaje de esperanza: “Creo que viene una buena época, el buen tiempo acompaña y los días son más largos, la gente empieza a estar más animada y cuando sale a la calle consume. Se empieza a ver un poco de luz y quiero pensar que esto va a ir mejorando poco a poco aunque este año, con todo lo que ha pasado, se da prácticamente por perdido”.

La construcción también perdió más de la mitad de sus cuentas de cotización en un año de pandemia. Tenía 2.086 en febrero y ahora 988, un 52,6% menos.

Caída del empleo en el hogar

Esta clasificación incluye los hogares como empleadores domésticos y en este caso la caída también es estrepitosa. Antes de la crisis sanitaria había 7.150 inscripciones y ahora son 3.375, lo que supone una baja en la Seguridad Social del 52,7% de las empleadas del hogar.

Beatriz Gómez, presidenta de la Federación Provincial de Comercio

Beatriz Gómez, presidenta de la Federación Provincial de Comercio Iñaki Osorio

“Los empresarios ya agotaron sus ahorros y la situación es insostenible”

“El comercio ya venía arrastrando una crisis antes de la pandemia y con la pandemia se agravó; el comercio ‘online’ sube a pasos agigantados pero el físico está en estos momentos bastante limitado”, afirma Beatriz Gómez, presidenta de la Federación Provincial de Comercio. Campañas como el bono Activa Comercio de la Xunta ayudan a reactivar el pequeño comercio y comercio de proximidad, apunta, pero no es suficiente para relanzar una actividad que ha sufrido mucho el último año. “Ahora terminan los ERTE y muchos empresarios no tienen ingresos suficientes para poder mantenerlos, por lo que muchos se va a ir al paro”, advierte. “Llevamos así más de un año, unos días bien pero después retrocedemos; está claro que lo primero es la salud pero esta situación está haciendo mella en la economía de las familias y también emocionalmente porque ya estamos cansados: las cargas fiscales siguen siendo las mismas pero los ingresos no”. Señala que las ayudas son insuficientes y en ocasiones resulta difícil adherirse a ellas por los requisitos. Alerta de que muchos empresarios “llevamos muchos meses afrontando gastos con ahorros y ayuda familiar pero esto se agota y la situación ya es insostenible”.

Javier Outumuro, presidente de la Unión de Hosteleros Ourensanos.

Javier Outumuro, presidente de la Unión de Hosteleros Ourensanos. Iñaki Osorio

“Se adoptaron medidas sin contar con los profesionales afectados”

“Las cosas no están bien. La hostelería es un sector que se anima con cualquier dato pero al final de mes, por mucho que te animes, los números no salen; y ahí vienen los problemas”, señala Javier Outumuro, presidente de la Unión de Hosteleros Ourensanos. La hostelería es el sector con mayor caída de cuentas de cotización en el año de la pandemia y el alivio de las restricciones no es suficiente para su reactivación definitiva. “Abrimos restaurantes hasta las 23.00 horas pero trabajas viernes y sábado, y el resto de la semana no haces nada. Y las taperías tienen que cerrar a las 21.00 horas, que es cuando empiezan a hacer caja. Todas estas medidas están adoptadas bajo criterios que no tuvieron en cuenta a los profesionales afectados, a la gente que trabaja y vive de la hostelería”, afirma Outumuro. Señala que han sido muchos cierres pero también alguna apertura, y todavía lejos la normalidad en el sector. “Habrá recuperación porque la gente tiene ganas de salir y de moverse, pero la reactivación no será como antes porque la economía, en general, está muy tocada. Volveremos a la cerveza, el pincho, y el turismo también irá recuperando. Ha sido un año duro pero todavía nos queda”, concluye.


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