Ourense está abocada a que en 2023 las proyecciones demográficas se cumplan y la provincia baje de los 300.000 habitantes, un guarismo que pende de un hilo desde hace años. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la provincia contabiliza el mayor número de ourensanos en el extranjero del último lustro. En total, son 37.076 los que se encuentran en diferentes países del mundo, pero las variaciones anuales no hacen más que determinar que la pérdida de población de la provincia no se frena ni queriendo.
37.076: los ourensanos que viven en el extranjero
La sangría demográfica agudizada en el nuevo milenio se afianza de una forma que las estadísticas marcan con un carácter permanente y anual. Así pues, los datos identifican que la pérdida de habitantes ourensanos con respecto al padrón en el extranjero, aumentó en 3.500 personas en los últimos cinco años. Un éxodo juvenil, en mayor parte, que agrava cada año las estadísticas de población activa en la provincia.
Ourensanos y su lugar de nacimiento
En el otro lado de la balanza están los ourensanos que permanecen en su municipio de nacimiento. Son 152.198, lo que supone el 49% de la población total, y según los datos facilitados por FARO, Ourense se sitúa como la ciudad menos atractiva de la Comunidad para sus propios habitantes, ya que Vigo (59%), Ferrol (61%), Pontevedra (55,9%), A Coruña (47,4%) y Lugo (49,9%) tienen índices superiores a la ciudad de Ourense que se sitúa en un 45,9%. Los oriundos de la única provincia gallega sin mar son los que menos se quedan en el municipio donde nacieron y, por consiguiente, la ciudad de As Burgas tiene la menor proporción de oriundos de las siete ciudades gallegas.
Los septuagenarios son los que más se resisten a abandonar su lugar de nacimiento, el núcleo familiar donde crecieron y donde ahora descansan y disfrutan de las visitas de sus nietos. El INE cifra en 20.998 las personas de ese grupo de edad (entre 70 y 79 años) que todavía permanecen en el lugar de nacimiento y registra el único aumento en los grupos de edad que viven en el municipio donde nacieron. Son aquellas personas entre 85 y 89 años, que contabilizan 7.507, un aumento de 694 en el último lustro. Si se vive bien, para qué cambiar.
3.933: los treintañeros fuera de la casa familiar
En los últimos años se ha incrementado la oferta de estudios en la ciudad y el centro de Formación Profesional, en construcción en A Farixa, junto con la pelea de la Universidad de Vigo por implantar más grados y máster, puede ser uno de los atractivos para fijar a grupos de edad en formación y que forman parte de la población activa para dar un impulso a una provincia que languidece demográficamente y en términos de empleo.
Precisamente, el grupo de edad que más movilidad ha tenido y se ha marchado de su lugar de nacimiento en la provincia han sido los ‘treinteañeros’. La generación Z que no ve oportunidades laborales en su municipio de nacimiento y se marcha a buscarlas en otro ayuntamiento e incluso fuera de la provincia, fuera de la comunidad o en el extranjero. Son en total, 3.933 los treintañeros los que ya se han marchado en los últimos cinco años y también la generación millenial que ve como las oportunidades escasean. Los veintañeros ourensanos que se han marchado del hogar familiar casi llegan a los 2.900.
Los datos del INE también registran que un total de 18.875 ourensanos residen y trabajan en otra comunidad autónoma, a los que hay que sumarle los que ya están en Galicia, que son 250.699.
Ourense exporta talento y tiene una deuda histórica con la población juvenil, para fijar su residencia en base a un futuro profesional.
