Ourense cumple este próximo viernes un mes desde el inicio de la desescalada gradual que, desde la Xunta, impusieron para intentar que la economía y la sanidad vivieran conjuntamente tiempos de estabilización. De momento, la incidencia se mantiene estable en índices inferiores a los de otoño y muy similares a los de verano cuando prácticamente todos pensaron que el virus había remitido.

La zona de vinos recupera su actividad paulatinamente. Primero fue con la apertura de los bares, después con los aforos y ahora con una ampliación de horario que es un halo de luz en una oscura tempestad económica. La calle Lepanto, una de las más transitadas y con un gran número de establecimientos hosteleros, recupera las terrazas y el servicio en el interior. Aunque ahora, con este tiempo la gente pida sol.

David García, de O Pote, se adapta a abrir por las mañanas también ya que se actividad prepandemia estaba concebida como un establecimiento que servía pinchos de tarde hasta la noche y continuaba como bar de primera hora de la noche. “Va poco a poco la verdad, con esta ampliación de horario que nos dejan ahora y el buen tiempo que está viniendo, la gente se va animando y hay algo de ambiente”.

"La gente se va animando y hay algo de ambiente"

Echa la mirada atrás y señala que “este año pasado, muy mal, muy mal, estuve casi seis meses cerrado y con lo que ello conlleva. Tuvimos un 30% de facturación solamente”. David mira atrás asumiendo todas las medidas impuestas en la hostelería con el fin de que la sociedad no tuviera opciones de movilidad ni de ocio por un bien colectivo. “Al final lo asumes, sabes que es lo que hay y ya es casi normal, ahora que nos cierren y nos vuelvan a abrir lo vemos como algo normal”.

La ampliación de horarios establecida “es buena señal de que los casos y la incidencia está estabilizada, pero a nosotros esas horas de noche nos dan mucho, porque muchas personas salen de trabajar y salen a tomarse algo y con el buen tiempo se agradece. Yo antes abría a las 19.00 y ahora tengo que abrir antes para aprovechar la tendencia y cerrar a las 21.00 da poco margen para estas fechas”.

Los hosteleros de la zona céntrica de la ciudad, brindando en la Calle Lepanto. | // IÑAKI OSORIO

Un bar sin terraza

No todos los locales hosteleros de la ciudad tienen terraza ni mucho menos. En la zona Vinos muchos de ellos no tienen ese servicio, como le pasa a Casa Toñita. Julio César Vázquez, gerente, explica que “la ampliación del horario es algo que nos viene bien, pero en líneas generales la situación es mala, si que es cierto que se nota un repunte de gente que aprovecha como en este puente de San José. Pero no podemos ser pesimistas, tenemos que ser optimistas para ver un futuro esperanzador”.

Casa Toñita no dispone de terrazas y para Julio eso es un hándicap. “Ahora toda la gente que llama quiere terraza, porque se sienten más seguros y con el buen tiempo presta más estar en terraza, a pesar de que nosotros mantenemos un estricto cumplimiento en el interior de los locales, pero la gente quiere terrazas”.

"Ahora tenemos que ser optimistas”

En tiempos de prepandemia el local de Julio daba alrededor de 80 comidas diarias y ahora sirve 20, aproximadamente. De ser un negocio boyante con gran volumen de ocupación de mesas, a tener que reservar las escasas mesas que tiene dentro del establecimiento. Ese es el escenario al que se enfrentan ahora los hosteleros, que han tenido que reinventarse para servir a domicilio. “Nosotros por ejemplo cuando nos cerraron lo que hicimos fue comprar una moto y servir nosotros a domicilio y la gente se sorprendía de que fuéramos nosotros los que llevábamos el pedido. Y tuvimos que aprender a emplatar en cartones o recipientes a domicilio, fue un reto, pero ahora tenemos que ser optimistas”.

"Los Vinos no serán lo que eran, serán pero de otra forma diferente"

El turismo nacional cerrado, la oferta termal en saco roto y la esperanza de que la estabilización de la pandemia invite a un alivio de restricciones que permita una mayor actividad de la hostelería. Entre medias, también está la ordenanza de veladores que prepara el Concello. Un 2021 en el que los hosteleros no pierden el optimismo, después de un año fatídico, y en el que tienen puestas las esperanzas de la inmunización comunitaria: “Esperemos que la vacuna vaya bien y rápida, pero Los Vinos no volverán a ser lo que eran, serán diferentes, pero no lo que eran antes”.

Leve repunte de casos activos en la provincia


El área sanitaria de la provincia de Ourense tiene una estabilización en sus casos desde hace dos semanas con una incidencia a 7 días de 24 casos por 100.000 habitantes y a 14 de 46. Unos umbrales aceptables para una desescalada pero esperando el efecto del puente de San José y el previsible de Semana Santa. De momento, los incrementos no son significativos y se mantienen los datos de nuevos detectados que ayer fueron 8 por solamente un alta, lo que deja a la provincia con 160 casos activos, de los cuales 41 están en Ourense, 20 en Carballiño, 15 en Xinzo, 11 en Verín y en Maside y el resto de concellos con casos activos con menos de 10. La presión hospitalaria sigue sin poder bajar lo suficiente y tiene actualmente con 20 pacientes en la planta hospital ourensanos, 1 en el comarcal de Verín y dos casos graves en la unidad de críticos del CHUO.