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La nueva vida de un bolso Dior: “También hay alta costura en tiendas de segunda mano”

José Antonio, en su tienda de segunda mano de rúa Cervantes, 18. | // IÑAKI OSORIO

Las tiendas de segunda mano emergen con la crisis. En algunas compran el producto o se hace un trueque con otro de igual de valor. Es fácil ver colas para vender o comprar en una conocida franquicia que funciona en la calle Curros Enríquez. Otras tiendas, simplemente son el aliviadero, a precios de ganga, de aquello que ya no se quieren de casa.

Y luego están los que a la variada oferta de productos usados suman los excesos “de una sociedad en la que “hay gente que compra en general mucho más de lo que necesitan sobre todo ropa. Por eso a las tiendas de segunda mano también nos están llegando prendas de marca, algunas de alta costura, bolsos, para que se las pongamos en venta y con lo que se lleven, siguen comprando”, explica José Antonio López de la tienda Reestrea, en la calle Cervantes 18, el corazón del casco histórico.

“El 99% de lo que nos llega, es ropa pero se acabó eso de que solo se vende lo que nadie quiere. Tenemos desde un bolso Christian Dior auténtico, a 300 euros (el precio nuevo seria más del triple) ca) hasta algún Saint Laurent, Carolina Herrera, y acabamos de vender por unos 500 euros un abrigo de visón valorado en unos 5.000 euros” afirma el propietario, junto con María Antonia, su socia, de la tienda Reestrea.

¿Qué está pasando?. El furor por la moda, pese al confinamiento “hace que a muchas penosas, no le quepan las cosa en casa, incluso hay prendas que no han sido casi usadas. Claro que también llegan cosas que tenemos que ponerle un filtro por que vienen ajadas. Pero una vez vista la pieza nos limitamos a tasarla y ponerla a la venta. Luego si se vende nos quedamos con un porcentaje y le damos el resto al cliente” indica José Antonio.

Alternativa a Vinted o Micolet

Son la alternativa a la ourensana, a otras aplicaciones o webs muy conocidas por jóvenes instagramers y aficionadas a la moda, como Vinted, Micolet o el propio Wallapop, en los que suelen deshacerse de aquello que por exceso ya no les cabe en casa. “Con la diferencia de que en las tiendas de segunda mano tocas, pruebas. No hay fotos tuneadas y ves como está la prenda”, explica José Antonio

“Antes del COVID, también nos llegaban muchos turista a curiosear, pero sobre todo tenemos ahora unos 600 proveedores fijos, , y la mayoría mujeres, que son los que periódicamente renuevan su armario nos traen ropa mayoritariamente y si, muchos de los clientes de segunda mano ahora, tienen alto poder adquisitivo” afirma.

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