El tsunami de esta tercera ola no deja de sumar nuevos casos cada día a una curva con un crecimiento exponencial, recogiendo todavía las consecuencias de las interacciones sociales de Navidad y de los contactos estrechos de los infectados. Que la detección de contagios se mantenga en niveles tan elevados –231 en la provincia en 24 horas, más del doble que las altas, 108, en el mismo periodo– hace anticipar más ingresos, en las próximas semanas, en un sistema hospitalario que ya se encuentra al límite, con el personal cansado y bajo permanente estrés, alertando de un riesgo de colapso por el aluvión de pacientes que requieren atención urgente o ingreso en planta o UCI.

En la provincia había ayer un total de 155 personas hospitalizadas a causa del coronavirus (14 más que en el balance de este pasado viernes), 12 de las cuales se encuentran en situación grave en las áreas de cuidados intensivos. La cifra total de pacientes con una infección activa de COVID asciende en Ourense a 2.691, de los que 2.536 se encuentran aislados en casa, a seguimiento de los centros de salud.

En la víspera de Navidad, el 23 de diciembre, había 506 casos activos y 28 hospitalizados. El 31 de diciembre, 573 y 27. La afectación subió a 734 y 32, respectivamente, el 6 de enero, ya con el primer retraso de las reuniones de Nochebuena. El 14 de este mes, dos semanas después de Nochevieja, se habían detectado 1.348 contagios y 53 se encontraban hospitalizadas. El 20 de enero, catorce días más tarde de la última celebración navideña, los registros ascendían a 2.107 positivos y 113 personas en el hospital. En un mes se han quintuplicado ambas cifras, la del total de los pacientes afectados por COVID y la de ingresados. En la actualidad, el 5,76% de los enfermos de coronavirus en la provincia se encuentran hospitalizados. En la ciudad, en el CHUO, está la mayoría: 120 en planta y 12 en cuidados intensivos. Los centros privados del Carmen y Cosaga atienden a una persona, cada uno. En los otros dos hospitales públicos de la provincia, es el de Verín –hay 180 casos activos en el municipio– el que tiene una mayor presión asistencial, con 17 pacientes diagnosticados de COVID. En el comarcal de O Barco de Valdeorras son 4.

La provincia presenta, junto al área sanitaria de A Coruña, la mayor incidencia acumulada de Galicia en los últimos 14 días. La tasa es de 850,6. Oro dato muy preocupante es el de la elevada positividad de las pruebas PCR, un 13,61% (resultado de dividir los casos diagnosticados en una semana con este método por el total de PCR efectuadas en ese mismo periodo). Pero es todavía el dibujo para la capital de As Burgas, que con los datos del balance de ayer registra una incidencia de 818,18, la mayor de las siete ciudades gallegas, por encima también de A Coruña (789,95).

Es un panorama muy negativo en un municipio de 105.000 habitantes en el que, según el balance del Sergas del domingo, la cifra de casos activos se situaba en 888, pero seguirá creciendo. Este fin de semana se llevó a cabo en Expourense un cribado masivo al que estaban convocadas 8.000 personas residentes en la ciudad. Acudieron un total de 5.129, el 64%. El objetivo era detectar asintomáticos para evitar que contagien a sus convivientes y contactos estrechos. Han sido diagnosticados, por ahora, 35 personas que tenían el virus y no lo sabían.

Los resultados de las pruebas PCR, cuya recogida tuvo lugar las mañanas del sábado y el domingo, se conocerán hoy al completo. Ayer ya habían sido procesadas la mitad de las muestras. Acudieron a este test 1.345 el primer día y 1.340 el domingo, un 67% de los convocados. El sábado se registraron 11 positivos en PCR.

En las franjas de tarde del fin de semana se realizaron los test de antígenos. Los participantes tenían que aguardar 15 minutos para conocer el resultado. El positivo requiere una confirmación posterior con PCR. El sábado se detectaron 6 de un total de 1.057 participantes. Ayer por la tarde acudieron a la jornada de cribado mediante test de antígenos 1.387 vecinos de la ciudad y 18 dieron positivo. Han participado un 61% de los convocados.

Un hombre de 67 años, que se encontraba ingresado en el CHUO, y un hombre de 86 que estaba hospitalizado en Verín, adonde fue derivado desde el asilo Fogar Santa María, son las últimas víctimas mortales de la pandemia en la provincia. Un total de 330 ourensanos han muerto por COVID. Hoy se reúne el comité clínico y habrá nuevas restricciones.

Doce nuevos positivos entre mayores y trabajadores elevan a cerca de 200 los afectados en geriátricos

Los centros de mayores, el ámbito de la sociedad que más ha sufrido el daño de esta pandemia, el que primero ha comenzado con la esperanzadora vacunación, continúa sumando casos en esta tercera ola posnavideña. La Consellería de Sanidade informaba ayer de la detección de 12 nuevos positivos, entre ancianos y trabajadores, en cuatro centros. Se trata de dos usuarios de la vivienda comunitaria Sampedro (A Merca), donde ya había un positivo, así como de 6 mayores y un trabajador de la Sampedro II (A Merca), dos empleados de la residencia de mayores de Bande y un usuario de la comunitaria de Vilar de Santos (el total de internos contagiados aquí sube a 4). Estos 12 nuevos positivos entre ancianos y trabajadores elevan a 197 el total de pacientes con infección activa en geriátricos de Ourense, 152 ancianos y 45 miembros del personal.

Los centros con más casos

El mayor foco de esta tercera ola de la pandemia, con 69 usuarios y 15 trabajadores contagiados, se ha producido en la Quercus de Leiro, una residencia que está intervenida por la Xunta. En el Fogar Santa María de Verín hay 36 ancianos y 10 profesionales. Siguen con la enfermedad 14 mayores y 4 trabajadores de la residencia de Bande, así como 8 ancianos y un empleado del centro Virxe da Clamadoira (Muíños). Nueve usuarios y un trabajador son los afectados en Vilardevós.