Javier Vázquez Jorge, 23 años y ourensano del barrio de San Francisco, se graduó este verano en Ingeniería en Diseño Industrial por la Universidad de A Coruña. Todavía no sabe si ha sido el mejor de su promoción porque no ha salido la convocatoria pero está seguro de que se encuentra entre los cinco primeros. Lo que ya dice su expediente es que la Sociedad Española de Excelencia Académica (SEDEA) le ha concedido el premio al mejor graduado 2020 del país en su disciplina. Su nombre figura en el primer puesto en un ranking de 10 que no solo tiene en cuenta las calificaciones. Entran en juego otros criterios como el currículum, reconocimientos, premios, voluntariado, idiomas, certificaciones profesionales, cursos... Javier, por ejemplo, cursó de forma simultánea y semipresencial el título Programa de Liderazgo en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y actualmente estudia un máster en Gestión de Proyectos.

–Este reconocimiento le abrirá un montón de puertas.

–Es lo que se agradece, porque muchos premios te dan una dotación económica de 1.000 euros, que está muy bien a corto plazo, pero es pan para hoy y hambre para mañana. Tiene mucho más potencial o mayor proyección que te den una serie de ofertas de trabajo o una vacante. El dinero se acaba, pero lo otro tiene más recorrido.

–Este premio no tiene dotación económica. ¿Qué implica?

–Dos reconocimientos. El estatal de manera anticipada, porque lo sabemos ya y no dentro de tres años que es cuando se puede optar al premio del Ministerio. El segundo es el hecho de entrar en una bolsa de empleo que llaman exclusiva, con vacantes de mayor calidad.

–¿Es complicado encontrar un buen trabajo incluso con un expediente brillante?

–Lo que te encuentras hoy es una contradicción. Para puestos de becario suelen pedir a alguien recién graduado pero con tres años de experiencia. No se puede pedir las dos cosas al mismo tiempo.

–No es fácil el acceso al mercado laboral para los jóvenes en estas condiciones.

–Hoy se ha implantado un sistema en el que como eres recién graduado y solo has estudiado, es decir, como solo has tocado lo teórico y no tienes experiencia, las empresas te ofrecen que entres trabajando casi “gratis”. Yo entiendo por que lo hacen, y si es para aprender estaría dispuesto, porque te va a reportar mucho en el futuro, pero lo que no pueden pedir es que tengas 4 o 5 años de estudios, un máster, tres años de experiencia y que estés dispuesto a trabajar por 500 euros en una beca. O una cosa o la otra, pero si tienes tres años de experiencia se supone que algo sabes.

–¿En qué centró su Trabajo de Fin de Grado?

–Se trata de un proyecto de movilidad urbana en colaboración con Seat. Es el diseño de un nuevo concepto de transporte de mercancías urbano para el reparto, un sector que hoy en día, con la pandemia, está muy en auge. Consiste en rediseñar el concepto actual y hacer que el maletero sea extraíble y autónomo. Una especie de robot que acompaña al usuario y que permite liberarlo de la carga física de trabajo. Él se centra solo en operar, no tiene que ir pensando cual es la mejor ruta, o cuántos paquetes tiene que cargar.

–¿Le ha captado Seat para desarrollar la idea?

–La colaboración de Seat con mi escuela es fruto de un convenio en el que las dos partes ganan. Ellos nos proporcionan formación durante el curso en el sector de la automoción para que la gente que lo desee haga su TFG en este campo. Al final del curso, revisan los mejores proyectos y si hay alguno que les parece interesante seleccionan ese perfil de alumno. En nuestro caso nos seleccionaron a un compañero y a mí para trabajar seis meses en Barcelona. Empiezo en febrero.