Borja Trigás -edil socialista- no encontrará el guiño cómplice de Corbal antes de la defensa de sus mociones. Ana Morenza -concelleira de Hacienda y edil del PP- no se contagiará del buen humor de "Don Corbal" y Pérez Jácome -regidor ourensano y líder de DO- no tendrá más alguaciles en la Alcaldía. José Corbal González (Lodoselo, Sarreaus) será el "último alguacil de Alcaldía" después de cumplir 65 años y jubilarse.

Entró en el Concello de Ourense en 1981 para trabajar en varios servicios municipales hasta que llegó en 2003 a la Alcaldía. La sonrisa permanente, que todos los funcionarios y políticos encontraban ante sesiones de crispación, se marcha dejando una huella imborrable dentro y fuera del Consistorio.

Ayer era su último pleno, pero por motivos personales no pudo asistir a su propio homenaje. No hubo una despedida oficial y tendrá que esperar por la insignia de funcionario jubilado, pero recibió el abrazo de todos, aunque no hubiera contacto. Dejó todo preparado para que sus compañeros tuvieran todo dispuesto y el primer pleno de la era Covid-19 se adecuara al distanciamiento y a la prevención marcada. La sesión más larga de la historia del Concello de Ourense -con más de nueve horas- será su particular recuerdo con la reproducción de palabras de agradecimiento de representantes de todos los grupos políticos. Discreto en sí mismo y en su servicio, Corbal dejará de dar consejos a los novatos como hizo con Mario González (DO) o con la familiaridad que preguntaba "¿Cómo está"? a los siete alcaldes con los que compartió su trayectoria. Dejará de atender en las sesiones plenarias con el sigilo que le caracterizaba y con la atención detallada sin despistar a nadie.

No se escuchan malas palabras para un alguacil que recomponía la crispación política en etapas duras en el Consistorio municipal. "Buena persona", "compañero", "amigo", "sonrisa amable, "voz amable", "humilde" y "sencillo" . Valores que trascendían de su personalidad intimista para respetar la institución y armonizar y humanizar la trastienda política. Su lealtad era el más fiero compromiso con los asuntos que se abordaban en los despachos o las llamadas telefónicas. Ninguna queja al respeto y lágrimas de sus compañeros.

Inés Castro, jefa de Protocolo del Concello, no puede contener la emoción: "Son muchos años compartiendo momentos y la verdad se le va a echar mucho de menos. Es un trabajador excepcional y además un confidente y un gran amigo". Sus conversaciones de café quedan entre ellos, pero "todavía quedan muchos cafés para tomar aunque habrá que programarlos". Inés y Corbal coincidían también los segundos sábados de cada mes para celebrar las bodas en el Consistorio. Inés tiene que parar su relato durante varios momentos, las emociones pueden más y los años juntos lo atestiguan.

La diplomacia de Corbal salió al escenario del Teatro Principal, su condición humana abrazó la unanimidad de todos los grupos políticos representados en el Concello y su sonrisa entrañable se echará de menos en la vida municipal. No quería homenajes, no era el momento y tampoco quería ser protagonista, pero los demás hablaron por él para agradecerle su empatía. La sonrisa elegante se despide tras 40 años de bonhomía y humildad, a partes iguales.

"Se ganó el cariño de todos con su lealtad"

José Corbal sirvió a siete alcaldes, desde Manuel Cabezas (PP) hasta la actualidad con Pérez Jácome (DO). El regidor actual expresó su gratitud al servicio prestado y a la personalidad del alguacil de la Alcaldía. El exalcalde popular Jesús Vázquez dice que "siempre lo recordaré como un compañero leal y honesto. Dudo que haya nadie en el Concello capaz de decir una mala palabra sobre él, pues se ganó por méritos propios el cariño de todos cuantos trabajamos a su lado, políticos y funcionarios. Se ganó el cariño de todos con su lealtad". Los regidores socialistas Francisco Rodríguez y Agustín Fernández también lo añoran como una persona "desenfadada, extraordinaria, una voz amable y siempre dispuesto a ayudar". En concreto, Agustín Fernández lo saludaba todos los días: "Nos encontrábamos todos los días y nos preguntábamos qué tal iba la vida y hablábamos sobre cómo estábamos. Siempre fue un hombre cercano, sencillo y humilde en el trato personal".