La cifra de altas registradas entre los internos y trabajadores de residencias de mayores de la provincia de Ourense por haber superado el Covid-19 fue ayer, por primera vez, superior a la de nuevos casos positivos entre la población de estos centros sociosanitarios.

Este respiro se produce al contabilizar a los mayores y trabajadores curados en la residencia San Carlos de Celanova, la primera en recibir el impacto del coronavirus con un brote que afectó a 45 internos y 18 profesionales. Según los datos actualizados ayer por la Consellería de Política Social, 18 mayores y tres empleadas han superado la enfermedad en este centro. Asimismo, otros dos mayores se han curado también en la de Castro Caldelas.

Frente a estas 23 altas se incorporan ocho nuevos casos diagnosticados, uno de un trabajador de la residencia de Castro Caldelas y siete que corresponden a internos. Entre estos últimos figura un usuario del centro San Martiño de Nogueira (el primero en esta residencia), dos en el asilo San José de Ourense y cuatro en la Divino Maestro, también de la ciudad y un centro que suma ya 38 internos y 19 trabajadores contagiados.

En total son 22 los equipamientos sociosanitarios de mayores afectados por el coronavirus en Ourense, con una cifra global de 432 casos activos (quince menos que el lunes): 310 usuarios y 122 profesionales.

Los test masivos realizados en los centros han revelado ya al menos ocho residencias libres de Covid-19 y ayer la DomusVi de Barbadás confirmó que todas las pruebas realizadas a sus internos y trabajadores dieron negativo.

En cuanto a los centros de discapacidad, son cuatro las residencias en la ciudad de As Burgas y Pereiro que han sufrido hasta el momento el impacto del Covid-19 con un balance de ocho personas afectadas, cuatro internos y cuatro usuarios.

La disminución del número de casos en las residencias de mayores no frena la cifra de positivos en Ourense y menos aun la de fallecimientos. Ayer se contabilizaron tres muertes, dos de ellas en la residencia de Nuestra Señora de la Esperanza, de A Farixa, en la que ya son 18 las víctimas del coronavirus. Este centro registra el principal foco de Galicia en centros de mayores, con 136 personas afectadas.

La tercera muerte corresponde a un hombre de 85 años que estaba ingresado en el CHUO y que presentaba patologías previas que agravaron todavía más los efectos del Covid-19.

En conjunto, Ourense sumó ayer 21 nuevos positivos que elevan a 1.187 la cifra de casos activos. El número de personas contagiadas que sigue la evolución de la enfermedad en casa con seguimiento médico ha superado ya los mil, (1.017) y 170 pacientes están ingresados, 23 de ellos en la UCI con pronóstico grave.

En total, desde el inicio de la crisis, el coronavirus ha afectado a 1.459 personas de las que 191 han recibido el alta y 80 han fallecido.

Por hospitales, el de Ourense tienen actualmente 143 pacientes ingresados en planta y 22 en la UCI, el de Verín 6 y el de Valdeorras 20.

"Estables", en Piñor

Una de las medidas adoptadas por la Xunta en la lucha contra el coronavirus en una provincia como la de Ourense, con una población muy envejecida y una alta concentración de mayores en residencias (más de cinco mil plazas), es la reapertura del hospital de Piñor como Unidad Residencial Medicalizada, para alojar y ofrecer cuidados a los usuarios con Covid-19 que se encuentren en residencias sin capacidad asistencial. La actividad arrancó el domingo, con el traslado de 10 usuarios de Nuestra Señora de Fátima, de O Barco, y ha seguido ocupando camas con residentes procedentes de este centro y del de Castro Caldelas. Con la incorporación de cuatro nuevos residentes prevista para ayer por la tarde la ocupación era ya de 27 mayores.

La directora de Enfermería del CHUO, Beatriz Cabanelas, se encarga de coordinar el trabajo en esta unidad que, explica, funciona con personal propio del área sanitaria de Ourense y un equipo multiprofesional compuesto por celadores, técnicos de cuidados auxiliares de enfermería, y personal de enfermería y médico.

Los residentes, explica, "están clínicamente estables, con sus achaques y patologías previas, pero evolucionan bien y no requieren los cuidados sanitarios de un hospital convencional". Así, la unidad funciona con un equipo a turnos que varía en función de la ocupación. "Siempre tenemos un médico, con horario presencial por las mañanas y de guardia toda la semana, y dos auxiliares y una enfermera por turno, aunque con las nuevas incorporaciones aumentaremos a tres auxiliares".

La ventaja de esta unidad en Piñor respecto a la habilitada en Baños de Molgas, explica, es que está plenamente integrada en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense.