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José Manuel Enríquez, con una fotografía de su tío Adolfo, víctima de un crimen en 2015. // Brais Lorenzo

J. M. Enríquez - Sobrino del párroco asesinado de Vilanova dos Infantes

"Mi tío era el padre de los pobres y sus asesinos siguen libres, nos llevan 5 años de ventaja"

La familia del sacerdote asesinado en 2015 pide que el caso no se olvide

La bonhomía de Adolfo Enríquez dejó huella. Era un religioso caritativo, que recibía y ayudaba a los necesitados. El 10 de marzo de 2015 murió víctima de un asalto violento en la casa rectoral de Vilanova dos Infantes (Celanova), donde ejercía como párroco desde 1969. Tenía 77 años. Los criminales mataron al cura y se apoderaron de la Virgen del Cristal que él custodiaba como rector del santuario. La diminuta talla del siglo XVII, muy venerada en la comarca más allá de los credos, está considerada una de las imágenes más pequeñas del mundo y fue glosada por Manuel Curros Enríquez en un poema de más de mil versos. La Guardia Civil mantiene abierta la investigación desde que la justicia confirmó el archivo provisional en junio de 2018. Hubo dos detenciones en enero de 2016: un tío y sobrino de origen croata a quienes la víctima ayudó en numerosas ocasiones con alimentos y dinero. Fueron puestos en libertad y, tras varios intentos que incluyeron peticiones infructuosas de comisiones rogatorias a Estados Unidos, la justicia no apreció pruebas suficientes para mantenerlos investigados. El martes se cumplen 5 años de este crimen y la familia quiere que no se olvide. "Prefiero seguir pensando: 'Vilanova, caso abierto'. Tenemos que tener ese halo de esperanza", resume José Manuel Enríquez, sobrino de la víctima.

El sábado, 14 de marzo, la iglesia parroquial de San Salvador de Vilanova dos Infantes acogerá un acto de recuerdo "al que se invita a todos los que lo querían y que a día de hoy lo mantienen en el recuerdo. Su imagen debe seguir viva", reivindica el pariente. No hubo voces discordes a la hora de definir a Adolfo Enríquez. Allegados y vecinos loaron su bondad y su carácter desprendido. "Era el padre de los pobres, era un hombre bueno, casi santo", destaca el sobrino. En su opinión, "es el momento de que la Iglesia baje a la tierra y empiece a trabajar en el reconocimiento de que estamos ante una figura cuyas obras hablaban de su bondad. Su pecado, entre comillas, fue creer a la especie humana. Su error fue confiar en unos asesinos. Pero él no creía en el odio y en el rencor, y nos enseñó a la familia y a sus fieles que no debía albergarse ni odio ni rencor ni venganza. Lo que queremos es justicia", expresa José Manuel.

No solo la familia, enlaza, tiene que demandar la resolución del crimen. "La Iglesia también debería pedir justicia. Además de este ya de por sí grave suceso hay otro delito, el robo de la imagen de la Virgen del Cristal. Si bien económicamente no suponía mucho, devocionalmente sí, con lo que la Iglesia está directamente implicada. Es una talla de patrimonio histórico, una reliquia, y por lo tanto la administración debería exigir responsabilidades. Ambas instituciones tienen ese deber de tutela".

Los homicidios no prescriben antes de 20 años y cualquier indicio nuevo o vía de investigación bastarían para reabrir el procedimiento judicial. "La Guardia Civil es lo único que tuvimos, tenemos y tendremos. La familia tiene una deuda eterna con la Guardia Civil, desde el primero al último miembro del cuartel de Celanova como a todos y cada uno de los miembros de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Ourense. Gracias a su afecto, su cariño, su respeto y sobre todo a su labor encomiable de trabajo en este caso".

La familia "sabe" que el instituto armado no olvida esta investigación, aunque no ha tenido constancia expresa de que la Unidad Central Operativa (UCO) haya intervenido. "Creo que si alguien de la UCO hubiera venido o hubiese una participación activa, lo sabríamos o se nos habría informado". El sobrino valora la presencia de las unidades centrales como un modo de "sumar". Considera que la administración "debió haber pedido la UCO al día siguiente del crimen, para hacer trabajo de campo desde un primer momento. El mando de Ourense, la colaboración de Madrid. Tanto la Subdelegación como la Delegación del Gobierno estaban perfectamente facultadas para solicitar la intervención directa al día siguiente, con los medios técnicos y humanos necesarios. Quiero dejar claro que esto no supone menoscabar el papel ni la enorme confianza ni el gran respeto por las unidades provinciales, no quiero que se me malinterprete".

Este crimen sin resolver pone sobre la mesa la incontestable realidad de que "los malos nos llevan 5 años de ventaja. Sean quienes sean, llevan 5 años libres unos asesinos extremadamente peligrosos. Que nadie se olvide de que no estamos ante unos delincuentes del tres al cuarto". Pero aplicando el humanismo de Adolfo Enríquez, el portavoz de la familia concluye:"Queremos justicia pero preferimos a un culpable en la calle que a un inocente en prisión".

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