El caso por el crimen del cura de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez Méndez, víctima de un asalto violento en la casa rectoral en marzo de 2015, en el que desapareció la talla diminuta de la Virgen del Cristal, una de las imágenes religiosas más pequeñas del mundo, se archiva provisionalmente. La jueza de Celanova, Olalla Para, había dictado en enero un auto de procesamiento sin señalar culpables, tras no encontrar pruebas suficientes contra los únicos detenidos por este caso, Elvir y Arsen F., un tío y sobrino de nacionalidad croata, que figuraban entre los que acudían a pedir ayuda al religioso. En un auto de solo folio y medio que no entra al fondo del asunto, la Audiencia Provincial de Ourense confirma el cierre de la causa y dicta el sobreseimiento provisional.

El auto del tribunal ourensano de apelación no es firme y aún admite recurso ante el Tribunal Supremo, pero no es previsible. La Fiscalía pidió el archivo por falta de pruebas. La acusación particular y la defensa no manifestaron nada al respecto. La investigación no queda cerrada, ni mucho menos. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense trabaja en el caso "a diario", con el apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO), que ha destinado un capitán a la revisión de este caso. Los delitos de homicidio no prescriben antes de 20 años, y cualquier indicio nuevo o vía de investigación bastarían para reabrir el caso. Por eso la Guardia Civil sigue en busca de cualquier nuevo indicio.

Adolfo Enríquez, un sacerdote muy apreciado por su gran corazón, murió víctima de un robo violento en la casa rectoral de Vilanova dos Infantes, donde ejercía como párroco desde 1969. Tenía 77 años. Los autores se llevaron la Virxe del Cristal, una tala diminuta del siglo XVII, con valor religioso aunque no económico. Dos croatas a los que la víctima ayudó en numerosas ocasiones con alimentos y dinero, Elvir F. y su sobrino Arsen, fueron detenidos en enero de 2016 pero quedaron libres. Los últimos intentos de la investigación consistían en recabar datos de Estados Unidos procedentes de Facebook, para intentar conocer las conversaciones de los sospechosos el día del crimen. Las autoridades no las facilitaron al no ver indicios.

"No ha sido posible determinar la participación de los investigados en los hechos", ni en el homicidio ni en el robo de la Virgen del Cristal, concluyó en enero la juez, en una resolución que ahora confirma a la Audiencia Provincial. La instructora, pese a todo, tenía sus sospechas sobre los croatas. Según la investigación, fingían "una situación económica o familiar angustiosa, no ajustada a la realidad" para "apelar a la bondad del párroco" y conseguir que les diera dinero, no solo a ellos sino a familiares. Consta en las anotaciones de la víctima y extractos bancarios.

Arsen, que en el momento de los hechos residía en Cantabria, estuvo en Ourense desde el 5 hasta el mediodía del 10 de marzo de 2015. La autopsia sitúa la hora de la muerte en las cinco primeras horas del 10. Los investigadores averiguaron dos visitas del individuo a la rectoral de Vilanova dos Infantes, con la misma intención: pedir dinero. El 6, don Adolfo le dio el desayuno y efectivo, la mañana del día 9, una cantidad de nuevo. El sacerdote fue visto por última vez a las 23.30 horas de esa jornada.

Los repetidores ubican el teléfono de Arsen en casa de su tío Elvir en Ourense, a las 23.14 horas en la zona de Vistahermosa. Su móvil estuvo apagado entre las 12 y 3.10 de la madrugada. El terminal de Elvir aparecía estático en el mismo lugar durante esa franja. Arsen vino a Ourense en un Volkswagen Golf negro y una vecina dijo a la Guardia Civil que, tras despedirse del cura la noche previa a los hechos, vio un Golf oscuro aparcado frente a la rectoral. La magistrada no creyó las versiones que dieron los sospechosos y aseguró que sus argumentos sobre qué ocurrió en aquellas horas de la noche del 9 al 10 de marzo "no se ajustan a la realidad".

Pero no vio pruebas suficientes para ir a juicio. Esgrime que en el lugar donde apareció el cadáver, el 11 de marzo de 2015, -un pajar de la rectoral-, no se hallaron restos biológicos ni "ningún elemento relevante para la investigación". El análisis de los teléfonos, añade, tampoco permite ubicar a los sospechosos en el lugar del crimen a la hora de la muerte, pese a que las pesquisas de la Policía Judicial evidencian que "no se hallaban en los sitios que dijeron haber frecuentado". La coincidencia de modelo y color del coche en el que Arsen se desplazó a Ourense con el que fue visto cerca de la rectoral "no pasa de ser una mera conjetura", al no existir datos de la matrícula.

Tampoco se localizaron evidencias en los registros ni en el estudio de los datos de los móviles y equipos informáticos de los croatas. Se les pinchó el teléfono, e incluso se les instaló un dispositivo de grabación en sus vehículos, pero no se extrajo ningún dato relevante. La juez también puso el foco en las conversaciones que pudieron intercambiar los croatas a través de las redes sociales Skype, Whatsapp o Facebook. El juzgado envió comisiones rogatorias a Luxemburgo y Estados Unidos, sin éxito. "En unos casos porque de su resultado no se ha obtenido dato alguno, en otros porque la autoridad requerida se ha negado a cumplimentarlas al estimar la inexistencia de indicios bastantes".