La Xunta constituirá antes de que acabe el año una gestora para la Cámara de Comercio

El presidente, el comité ejecutivo y la mayor parte de los vocales que conformaban el pleno de la Cámara de Comercio de Ourense formalizaban ayer, en el registro de la propia entidad, sus renuncias. Una decisión que han tomado a raíz de la mala situación económica que atraviesa la institución. Ante el vacío de poder, la Xunta, a través de la Consellería de Industria, tomará el control mediante la creación de una comisión gestora, que se constituirá antes de que acabe 2017.

Según lo dispuesto en el artículo 61 de la Lei de Cámaras, este organismo estará formado por ocho miembros, seis de ellos serán designados por el ejecutivo gallego, y los dos restantes por el Consello Galego de Cámaras. Un proceso que se llevará a cabo "tras la comunicación oficial de la dimisión de los miembros de la Cámara, y después de abrir un plazo de alegaciones y audiencia a la propia Cámara y al Consello Galego de Cámaras", explicaba ayer la jefa territorial de la Xunta en Ourense, Marisol Díaz Mouteira. Un proceso previo que puede durar entre cinco días y dos semanas.

"Consciente de la importancia de esta entidad para el tejido empresarial de la provincia, la Xunta se ha puesto a disposición de la Cámara", defendía la máxima representante del gobierno autonómico en Ourense. "Al igual que sucede que con el resto de cámaras gallegas, tendrá el apoyo de la Administración, ya que la finalidad es configurarlas como instrumentos útiles para impulsar la competitividad del las empresas gallegas", puntualizó.

Según Marisol Díaz Mouteira , el objetivo final del todo el proceso es hacer de esta institución "una herramienta útil y solvente al servicio de los empresarios y sociedad ourensanos, capaz de prestar servicios de calidad y liderar proyectos que contribuyan a impulsar la actividad económica y a mejorar las condiciones de vida de la provincia".

A pesar de que la Xunta haya entrado en escena, muchos interpretan los recientes acontecimientos como "el principio del fin" de una institución que ha operado en la provincia desde el año 1899.

Manuel Sánchez Aguirre fue presidente cameral durante los años 80. Ayer confesaba no comprender el motivo por "el que se deja morir una institución que cuenta con una homologación y un prestigio que garantiza la salida de las empresas al exterior", aseguraba. "No se entiende que teniendo un organismo capacitado para la exportación como las cámaras, en un momento en el que la internacionalización es clave para las empresas, decida no usarse", razonaba Sánchez Aguirre.

"Me da cierta pena y mal gusto lo que está sucediendo con la Cámara de Ourense, cuando por otro lado se incentivan las misiones comerciales organizadas por empresas privadas", exponía.

Sin embargo, reconoce que habría que "reestructurar" este tipo de organizaciones. "Sería necesario buscar apoyos tanto de las administraciones como de las empresas que usan sus servicios", señaló.

A todos ellos, administraciones, empresarios y también a la sociedad, señalaba como culpables de lo sucedido Luis Rivero, presidente de los comerciantes de Ourense Centro, y miembro del pleno de la Cámara. "Todos hemos sido responsables de lo que ha pasado", reconocía. Rivero destacó que "la tendencia va hacia suprimir todas las pequeñas cámaras, para pasar a tener solamente una en Galicia", señalaba. "Nosotros de momento tendremos que ir a certificar nuestras exportaciones a Vigo, esto tendrá más repercusión de la que parece", vaticinó.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios de Ourense, José Manuel Pérez-Canal, lamentaba la situación en la que se ha visto sumida la Cámara de Comercio. "La provincia necesita que se mantenga activa, así que esperamos que se solucionen sus problemas y que pueda continuar" deseaba el representante de los empresarios. Pérez-Canal recordaba que la CEO "siempre ha estado dispuesta a colaborar con la Cámara. Son entidades que pueden convivir y complementarse perfectamente para dar servicio a las empresas".