Y si el sector se enfrenta a retos, que pasan por dar respuesta a los problemas que tiene en la provincia, la llegada del período estival supone la alerta ante la proliferación de los incendios forestales, como el que hace escasas fechas arrasó montes en la comarca de Valdeorras.

Una cuestión que ocupa y preocupa al presidente de Confemadera, aunque sostiene que se trata de un "problema de toda la sociedad gallega", pero está claro "que no afecta y mucho, ya que somos los grandes sufridores", debido a que "la madera quemada se deprecia", con lo que eso supone para las industrias.

Sostiene Ojea que "mientras no se valorice nuestro bosque, como ese recurso al que yo considero el oro verde de la provincia, poco se puede hacer". El abandono de la mayoría de los montes ouresanos, la falta de limpieza de la maleza que crece, y que no se preocupan por corregir, junto con la despoblación que sufre el rural ourensano, son dos de las causas que alimentan los incendios forestales.

Una situación a la que se contrapone la de los países "con culto y aprovechamiento de los bosques", advierte Elier Ojea, que desde su experiencia recalca que cuando se valoriza el monte, y se convierte en un generador de riqueza para esas zonas, no existe la proliferación de incendios forestales.

Es por eso que, tan importante como dimensionar las industrias madereras, mejorando su capacidad competitiva, la apuesta decidida por el monte que lleva consigo incentivar la producción de madera, se convierte en la mejor estrategia, sobre todo en la provincia de Ourense, para poner freno a los incendios forestales. "Si se recupera el monte del abandono actual en el que se encuentra, estoy convencido de que las cosas cambiarán", indicó.