El exministro de Fomento y candidato socialista al Parlamento europeo en la próximas elecciones del 25 de mayo optó ayer por el silencio cuando fue abordado por los periodistas, citados por los organizadores del acto -la agrupación local del PSOE-, pues él venía a hablar de su libro, en este caso a colocar producto electoral a los representantes de diferentes colectivos económicos y sociales que fueron invitados a la sala del antiguo edificio del Banco de España, en donde tuvo lugar el acto.

Blanco, que estuvo acompañado en todo momento por la secretaria local del PSOE y directora xeral de Personal, Carmen Rodríguez, el alcalde, Agustín Fernández, y la edil de Urbanismo, Áurea Soto, se despachó con un: "Esto es un acto, no una rueda de prensa", y eso que los periodistas habían sido convocado por los organizadores. Ante la postura adoptada, con la que intentó evitar preguntas relacionadas con la situación del Concello; con un gobierno socialista dividido, las imputaciones judiciales que afectan al alcalde y sus ediles afines, en diferentes asunto, así como el conflicto abierto en el socialismo ourensano, se produjo un plante de los profesionales de la comunicación, que abandonaron el edificio.

Y eso que a la convocatoria con tinte electoralista de Blanco no faltaron los denominados ediles socialistas críticos -en la actualidad suspendidos de militancia por la propuesta del alcalde y rubricada por el secretario xeral de PSdeG, Gómez Besteiro- aunque en un principio su intención era la de no asistir, debido a que no habían sido invitados.

No hubo plasma, solo un columna de sonido en la entrada de la pequeña sala, aunque no había necesidad ya que no se llegó al lleno, y luego la nota oficial sobre las proclamas de un candidato que se centraron en "impulsar" una agenda contra la desigualdad en Europa.

"Se pringó por su tierra"

Antes de su intervención, José Blanco recibió las alabanzas de la secretaria local, Carmen Rodríguez, que es la directora xeral de Personal, nombramiento sobre el que pesa una posible nulidad, después de que el sindicato USO acudiese a la vía Contencioso-Administrativa. Y qué decir del alcalde, Agustín Fernández, que en su afán de agradar no dudó en referirse a Blanco como "uno de los pocos ourensanos que estuvieron en Madrid que se pringó por su tierra, Galicia".

Además invocó su condición profesional: "Soy inspector de Hacienda, y tenemos que luchar a muerte contra el fraude fiscal, ya que es uno de los grandes problemas que tenemos", y cargó contra el gobierno del PP por "la caída de la recaudación tributaria y la subida de impuestos", que llevó consigo "más desempleo y aumento del déficit público".

El candidato Blanco eligió como diana crítica al candidato popular, el ministro Arias Cañete, al que recriminó el recorte de fondos de desarrollo rural para la provincia de Ourense. Una jornada que no dio para mucho más; comida con los dirigentes locales y la ausencia de los críticos.