Me siento orgulloso de las 14 empresas con las que tuve o tengo relación. Llegué al Concello con las manos limpias y sigo igual, limpio y sin haber utilizado mi cargo en beneficio propio. Si creen que cometí algún delito vayan a los juzgados, pues de lo contrario pensaré que quieren orquestar una campaña contra mí con fines electorales".

Así de contundente rompía ayer el hielo el alcalde de Ourense, Enrique Nóvoa, en el pleno extraordinario y urgente en el que comparecía para rendir cuentas a la oposición de su actividad empresarial y de su gestión al frente de la Concejalía de Urbanismo, duramente criticada en los últimos días.

La intención de PSOE y BNG al solicitar explicaciones públicas del regidor era esclarecer si éste había infringido el artículo 75 de la Ley de Bases de Régimen Local, que regula las incompatibilidades de los cargos públicos, o el deber de abstención, al participar en comisiones y juntas de gobierno en las que el Concello aprobó expedientes y proyectos a empresas de alguno de los socios de Nóvoa.

El alcalde de Ourense no tuvo reparo en entregar por escrito a PSOE y BNG su declaración de bienes y un listado completo de las empresas con las que está relacionado, para demostrar que "el 90 por ciento de mi patrimonio lo tenía antes de llegar al Concello en 1995", momento a partir del cual adquirió una bodega y una finca en Cudeiro, un bajo comercial en la calle Río Mao y un piso y una finca en la zona de Aldán.

Por el contrario, eludió confirmar o desmentir si él había votado en las comisiones o juntas de gobierno en las que se aprobaron recalificaciones urbanísticas a alguno de sus socios constructores.

Despreocupación

Nóvoa insistió en que su condición de empresario le había llevado a relacionarse con "al menos 70 socios de diferentes ámbitos" a lo largo de su trayectoria empresarial y reiteró que "nunca me preocupé de controlar sus actuaciones". Con esta aparente despreocupación venía a justificar el hecho de que ahora reste importancia a las acusaciones de si votó o no a favor de los proyectos de algún empresario conocido.

El regidor ourensano se limitó a aclarar lo sucedido con los expedientes de la constructora Poensa -en la que tiene el 33 por ciento del capital-, para obrar en la calle Manuel Murguía. El popular explicó ayer que "me ausenté de la comisión de gobierno en algunos trámites esenciales y hubo otros días en que falté pero esa ausencia no se recoge en las actas. De todas formas, quiso dejar claro que mi voto no fue determinante y que los proyectos se aprobaron por unanimidad".

Las explicaciones del popular fueron respondidas por los grupos de la oposición con "máximo respeto" a su trayectoria como empresario pero con críticas feroces a su gestión urbanística y reproches por "ser un alcalde de Guinness: el que menos tiempo va a durar en el puesto y aún así ya está citado a declarar como imputado por una supuesta prevaricación administrativa en un edificio de la Plaza de las Mercedes", recordaba el portavoz nacionalista Sánchez Vidal.

El socialista Francisco Rodríguez fue más allá y, además de insistir en el "sospechoso" aumento de la edificabilidad de un terreno en O Vinteún de un socio del alcalde, acusó al grupo de gobierno antes liderado por Manuel Cabezas y ahora por Nóvoa de "jugar al peligroso juego de mezclar intereses públicos y privados y defender un modelo de urbanismo que flirtea con la corrupción".

El socialista cree que "las sospechas surgidas acerca del proceder del Concello están desacreditando a la institución" y, en este punto, recordó a Nóvoa que "en los políticos, la dimisión siempre dignifica y, aferrarse al cargo, mancilla el honor".

Esta invitación a dimitir llegó minutos después de que el portavoz del PSOE acusase al actual alcalde y antes concejal de Urbanismo de ser heredero de "una cultura política, la del PP, poco respetuosa con la ley y defensora de un modelo de urbanismo especulador y que favorece el pelotazo", que sigue las directrices de un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) aprobado en 2003 y recurrido en los tribunales por los propios socialistas.

Por último, Sánchez Vidal respondió a la invitación de denunciar en los tribunales, animando al propio alcalde de Ourense a que sea él el que lleve a Fiscalía "todo el material del que dispone para investigar si existe una teoría conspirativa contra él", a la que había aludido minutos antes el popular al atribuir las denuncias contra su gestión urbanística a "un plan que lleva fraguándose hace unos cuatro meses y persigue sólo fines electorales"