Protocolo y diplomacia

Adolfo Costas Gascón

Hay dos acontecimientos que han acaparado la atención de los medios de comunicación. En primer lugar, me refiero a la patética imagen que nos deparó el ministro Bolaños, con motivo de la celebración del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid, donde sin tener invitación para asistir al acto, exigió tomar parte de las autoridades que, desde la tribuna, presidieron el desfile conmemorativo. Algo que demuestra no solo un desconocimiento mínimo de cómo funciona el protocolo en estos casos, sino también una falta de educación y consideración hacia la presidenta Sra. Ayuso, provocándole en consecuencia, el mayor de los ridículos y descrédito en su persona. Y en otro orden de cosas, considero que el Gobierno con motivo de la visita del presidente de Colombia a España, se ha extralimitado en las normas, que de cortesía exige, el arte de la diplomacia, pues tras despotricar, momentos antes de su viaje, sobre la postura de los españoles en la colonización, fue inmerecidamente recibido, con todos los honores, llegándole a imponer la medalla de Isabel la Católica y ser recibido con toda pompa y ceremonial, por su majestad el Rey y el Congreso de los Diputados. Así las cosas, está más que justificada la postura adoptada por Vox, que, en señal de desagrado por su presencia en España, optó por abandonar la Cámara baja, en el momento que Gustavo Petro hizo uso de la palabra.