Negreira
José Rodríguez Gómez
Pasados los primeros días de sorpresa ahora ya no me coge desprevenido tanto la pronunciación oral ni tampoco la lectura –televisión y periódicos– de la palabra Negreira, nombre de pila de mi pueblo. Desde los mundiales de Sudáfrica por aquella idea plasmada en Decreto de su alcalde de dejar ver en horario de oficina los partidos del mundial de España o aquella publicidad de la Biblioteca Municipal con el cartel de Bruce Lee en plan prevenga en donde se leía; “Ni karate ni kung-fu; lee” esta palabra ha cobrado vida y mucha gente –periodistas de columna fija con foto incluida– acaban sus artículos haciendo mención a este pueblo cercano a Santiago de Compostela en el camino de Fisterra.
Para mucha gente de aquí es un motivo de orgullo, para otros es un desprecio. Nunca llueve a gusto de todos.
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