La mayoría de la gente no sabrá lo que es un policía custodio, una profesión tan importante, tan necesaria y tan poco reconocida.

Un día estás aterrada, te encuentras en una comisaría de policía, poniendo una denuncia por violencia de género, relatando sucesos que no le has querido contar ni a tu entorno más cercano. Sales de allí todavía más en shock porque sabes que tienes un juicio rápido y tu futuro depende de ello.

El día siguiente llega su llamada, te explica que es tu custodio, que está ahí para todo lo que necesites, al principio es un extraño, todo es raro para ti. Con el paso de los días lo ves como tu guía, te orienta en todo los pasos a seguir, tristemente siguen sucediendo cosas y entonces te das cuenta de que se convierte en tu ayuda indispensable, descuelgas el teléfono a cualquier hora, en mi caso han sido innumerables y siempre está ahí, se convierte en tu salvavidas, consiguiendo sacarme en muchas ocasiones, con unas palabras, de estados de angustia, pánico, desesperación…

Te saca de nuevo a la superficie cuando sientes que ya no puedes respirar.

A mi me lleva acompañando cinco largos meses que sin duda, no hubieran sido lo mismo sin él. Te sientes escuchada, comprendida, te anima a seguir haciendo cosas en tu vida en vez de quedarte paralizada y en muchas ocasiones ha conseguido cambiar unas lagrimas por una sonrisa simplemente con palabras.

Así de importante es la figura de un policía custodio; desgraciadamente hasta que no la necesitas no la conoces, para mí es vital y necesitaba compartirlo.

Gracias a toda la UFAM de Vigo porque conmigo han tenido mucho trabajo y siempre estuvieron ahí para ayudarme en todo momento pero mi especial gratitud es para él, mi lugar seguro, mi custodio.