Tenemos uno de los veranos mas secos de la historia y parece que el sol, le está ganando la batalla a la lluvia.

A principios de los años 60, la lluvia estaba más presente que el sol, la gente se quejaba y le echaba la culpa a los cohetes espaciales que se lanzaban.

Hoy el cambio climático es palpable y desde el año 1972, el Club de Roma nos viene advirtiendo en su informe de “Los límites del crecimiento” con consecuencias catastróficas por el calentamiento de la tierra, un informe de unas 216 páginas con frases muy alarmantes.

Este verano apenas hemos visto la lluvia y todo aquello que parecía que estaba enterrado por los siglos de los siglos, bajo los hielos glaciares, en los fondos de los ríos o embalses, se dejaron ver, alpinistas muertos, campanarios, aldeas y puentes. Imágenes de todas estas reliquias, han dominado los medios de información durante semanas.

Tenemos que mirar de cerca esas cosas que emergen, el grano de la tierra seca y agrietada, la hierba de color amarillo, los embalses y ríos secos privados de vida. Al ver lo que estamos haciendo, la urgencia de la crisis climática realmente puede asimilarse.

Llevamos muchos años hablando del cambio climático. Aquí en Galicia, parece que tenemos más vino que agua y esto lo dice todo.