Las conversaciones entre Piqué y Rubiales estan produciendo un tsunami de críticas y pitidos en todos los estadios donde juega el central del Barcelona. Después de escuchar sus declaraciones, nos damos cuenta de que la estupidez también ha dejado de tener vergüenza y los dos están faltos de ella o se duda de su integridad. La falta de voluntad para aprender lecciones del pasado es reconocible en el enfado de sus declaraciones. Las personas inteligentes siempre tienen dudas, mientras que los estúpidos suelen tener mucha confianza.

Las personas incompetentes tienden a sobrestimar su conocimiento, mientras que los expertos subestiman su saber y esto significa que sus declaraciones se tendrán que interpretar de maneras favorables y no de mala fe. Piqué aún esta en activo como jugador y después de lo que se ha destapado parece que está muy orgulloso de su ignorancia y que la lleva como una insignia de honor en la solapa.

El aficionado al fútbol piensa que Rubiales tendría que dimitir o ser destituido por adulterar la Supercopa.