Enhorabuena a Ana Peleteiro por su gran éxito en Tokio. Es más una medalla gallega que española. No hay gallego que no haya emigrado alguna vez. Y Ana es más gallega que yo, nacido en París y mucho más moreno que blanco. Los gallegos somos del color que queremos.

Te mereces lo mejor y lo sabes. Otra cosa muy distinta son los países que nacionalizan atletas para ganar medallas descaradamente. Con Catar y sus petrodólares a la cabeza . España nunca se ha carectizado por eso.

El fallecido Yago Lamela, asturiano, poseía uno de los mejores saltos de longitud de Europa, por detrás de Robert Enyan. Siempre menores que los del triplista británico Jonathan Edwards

Ruth Beitia lo tiene todo en altura. Carlota Castrejana ha sido maestra del triple. Ya no digo nada del medio fondo. No podemos estar toda la vida reivindicando el ‘black power’ del México 68. Pensad por un momento en el rostro de una keniata o una etíope que gana un fondo. Tristeza. Como la vida que le imponen en cada entrenamiento. Las medallas solo valen para las estadísticas. Lo importante son las personas. El deporte no tiene color.