La tecnología virtual avanza mientras el ser humano retrocede. Pongamos por caso las redes sociales. Miles de chicas muestran sus fotos trucadas en busca de ‘likes’. Que no sé muy bien para que sirve un ‘like’. Nosotros respondemos como abejas a la miel, alabando todos los granos de su cuerpo . Y ellas se crecen. Y vuelven al mismo proceso. Nada es real. Todo resulta estereotipado. Mujer objeto, hombre atontado. No hemos evolucionado gran cosa. La cosa toma tal cariz, que somos capaces de hablar con una colombiana, venezolana o de Antigua y Barbuda, mientras hacemos los deberes con los peques. O directamente olvidamos los deberes. Y luego le pediremos ayuda a nuestra pareja con cara de besugo. Salir de la red virtual es un proceso lento de desintoxicación. Es una adición fuerte. Yo os animo a desintoxicaros. La vida real es más bella que una pantalla ficticia . Y tanto corazón no nos ha valido para situar en el mapa a Antigua y Barbuda.