Es responsabilidad de todas las autoridades locales facilitar el bienestar y convivencia de todos sus vecinos, siendo una de las cuestiones que más les preocupa a éstos, la de asegurar su medio de subsistencia, es decir, condiciones laborales adecuadas. Por todo ello, considero un error y a todas luces desafortunadas, las decisiones tomadas por el Concello de Pontevedra, en el pleno llevado a cabo del día 22, en el que, con los votos favorables del PSOE y BNG, se aprobó el cierre y retirada de la planta que ENCE tiene en Lourizán, así como la declaración del presidente de dicha empresa, como “persona non grata”. Dado que, en los momentos por los que estamos pasando, la desmantelación de esta central, sumirá a más de 5.000 personas en el paro y provocará un gran perjuicio a Pontevedra. Pues al paso que vamos, esta ciudad se va a convertir en una localidad de funcionarios y parados, para los que lo único que les quedará es disfrutar de grandes paseos y contemplar los escaparates de los comercios a los que cada vez van a tener menos posibilidades de acceso. Porque, señor Lores, no se puede morder la mano de quien te da de comer, y con esta decisión no penaliza usted a la empresa, sino que, lo hace con sus trabajadores, en el sentido de que, estas medidas, pueden provocar no solo la salida de la empresa en Lourizán, sino también, que fracasen las negociaciones de una posible ubicación de ENCE en un lugar de la provincia u otra zona de la C.A.