En algún lado leí:

“La hostelería somos todos” y es lo que mejor la define. En realidad es así de sencillo, sin ese “todos” no hay hostelería.

Soy hostelera durante la temporada de verano, o sea cuatro meses. Mi pequeño negocio es en una finca de mi propiedad y tengo que decir que organizar el montaje, desmontaje y mantenimiento de la finca me ocupa casi todo el año. Como decía soy hostelera en verano y cliente el resto del año, o sea, tengo los dos puntos de vista. Puedo decir que hay cosas que veo con gran claridad. Y hay una cosa que podemos hacer, como clientes, para ayudar a la hostelería y es muy simple, son tres puntos:

Punto 1: No sacar la mascarilla cuando nos sentamos en cualquier terraza. Punto 2: Sacar la mascarilla cuando bebamos un trago o comamos un bocado. Punto 3: Poner inmediatamente la mascarilla. Repetir estos tres puntos.

Comprendo que la hostelería transmite un espacio para desconectar y un tiempo para descansar y socializar. Los clientes solo tenemos que mentalizarnos que podemos hacerlo con mascarilla y cumpliendo las normas. Es fácil, solo hay que querer hacerlo. Podemos ayudar. Simplemente haciéndolo.

La Administración ya no puede decir nada porque sería un lugar seguro, muy seguro.