No perdáis el tiempo. La batalla con las compañías telefónicas la tienen ganada ellos. Sí. Y con el apoyo de Instituto Galego de Consumo e Competencia (IGCC), descaradamente. Porque si un operador se niega a reparar tu teléfono en garantía con una razón tan peregrina como "daño cosmético", y reclamas, vas a tener que esperar casi tres años a que Arbitraje te conteste. Vas a tener que cubrir una extensa y pormenorizada reclamación y partirte el espinazo buscando toda la documentación que justifique tu reclamación, porque si no, te la desestiman. Y cuando consigues que tengan en cuenta tu reclamación, y aportas toda cuanta información te piden, tienes que esperar? y mucho.

Y entonces te citan a un arbitraje, en el que la parte reclamada ni se presenta (nunca). Ellos mandan una cartita, y ya. Y cuando estás sentado delante de dos señoras que básicamente están aburridas de atender gente como tú, preguntan que si has traído el terminal. Ahá, bien claro, casi tres años después tienes que tener el terminal intacto, tal cual lo enviaste a reparar. Pero esto nadie te lo dice, claro, ni nadie te informa. Tienes que llevar el terminal al Arbitraje, para que los CSI del IGCC lo observen, intacto e inmaculado casi tres años después, sin que se rompa la cadena de custodia, ni la de frío, ni la de amor? supongo. Y si en el momento del arbitraje no lo tienes, te aguantas. Pero nadie te informó, ni te avisó de que debías llevarlo. Nadie te informa de que una vez que pones una reclamación, vas a tener que comprarte otro terminal, porque si quieres ganar esa reclamación, el terminal averiado ni lo toques, porque lo tienes que depositar para autopsia cuatro años después, cuando ya estás hasta las narices y el muerto ya huele a podrido. Esto es como si atropellas a alguien y tienes que ir con el coche y con el muerto. Se supone que la documentación sirve para algo, pero no, tienes que llevar al muerto. Que si no huelen al muerto, olvídate.

Estimados responsables del Instituto Galego de Consumo y Competencia: da la sensación de que colaboran con los operadores de telefonía en la estrategia de disuasión, ergo, parece que su trabajo no vale absolutamente para nada, porque del mismo modo que solicitan documentación por carta, pueden informar de que es necesario llevar el terminal, o de por lo menos emitir un laudo que alguien pueda entender en términos de redacción. Un absoluto desastre. Penoso.