A Rosa Díez le gusta decir que no tenemos obligación de ir a votar con una pinza puesta en la nariz a partidos que ya nos han defraudado, y que nos resultan hediondos. Estos últimos 4 años he sido la cabeza visible de Unión Progreso y Democracia en Vigo, su candidato a la Alcaldía, y sin duda el afiliado que más ha escrito y publicado a favor de UPyD en toda Galicia, defendiendo con entusiasmo que ese partido era la mejor alternativa política, y convencido de que estaba presidido por criterios éticos.

De repente empecé a detectar que algunos altos cargos de UPyD no cumplían sus propios estatutos, actuaban mafiosamente, con amiguismo y mentiras, y demostraban un autoritarismo inusitado. Mi sorpresa y mi decepción fue muy grande. Y además comprobé que no era un asunto puntual, sino generalizado. Seguí defendiendo el voto a UPyD, pero ya no como la mejor, sino como la menos mala de las opciones. E intenté arreglar los problemas que había detectado, poniendo varias denuncias en los órganos de control interno del partido. Mis esfuerzos no sirvieron de nada: el partido no quiso ni aceptar que se estaban haciendo las cosas muy mal, y la dirección de UPyD siguió actuando de manera inaceptable; y fui vetado y represaliado por denunciar lo que UPyD hacía, su corrupción interna: y sancionado hasta ser expulsado.

Sigo compartiendo muchas ideas que UPyD defiende. Pero he comprobado que su cúpula dirigente desprecia la democracia interna, emplea medios inmorales e ilegales para conseguir sus fines, se protegen unos a otros encubriéndose y aniquilan cualquier atisbo de crítica u opinión distinta de la que marca Rosa Díez y la guardia pretoriana de la que se ha rodeado, de quienes se puede decir que han secuestrado UPyD. Y lo grave es que están consiguiendo ocultar toda esa realidad a los ciudadanos. Pero quien esté bien informado puede asegurar que UPyD es un fraude. Así se entiende que de los 127 fundadores de UPyD, 103 han abandonado el proyecto; y que en seis años de vida UPyD tenga poco más de 5.000 afiliados, mientras que los exafiliados son más de 16.000: ciudadanos que creyeron (que creímos) en Rosa Díez, y que se marcharon al conocer la realidad del partido por dentro. En Galicia hace seis meses dimitió toda la cúpula autonómica de UPyD, elegida por los afiliados, en protesta por el trato despectivo y autoritario recibido desde Madrid. La "dedocracia" de Rosa Díez ha imperado a la hora de confeccionar la lista de las europeas de este domingo€ Tengo claro que la mayoría de los que quedan en UPyD son afiliados acríticos, sumisos al poder del aparato del partido, muchos de ellos esperando que les llueva desde arriba un carguito€ Para eso no hacía falta crear un nuevo partido. No dudo que UPyD hace cosas bien, y que en ese partido sigue habiendo mucha gente muy válida y trabajadora, pero están siendo utilizados por sus dirigentes y son corresponsables de tolerar la corrupción interna que sin duda saben que existe en UPyD.

Por todo eso ya no voy a ir a votar al partido de Rosa Díez, ni siquiera con una pinza en la nariz. Para desgracia de Rosa Díez, estos años han surgido nuevos partidos: algunos que coinciden bastante con los planteamientos de UPyD, otros que defienden ideas diferentes€, pero todos empeñados en acabar con la corrupción y en regenerar la democracia; son partidos de los que cabe esperar que trabajen en política de forma decente y con transparencia, no como UPyD. Los ciudadanos que pensaban votar a UPyD deberían informarse bien y buscar alternativas entre esos nuevos partidos minoritarios. ¿Creen posible que pueda regenerar la democracia un partido liderado por Rosa Díez, una política profesional que lleva más de 35 años viviendo de la política, y en el que ha impuesto el "divismo" y el despotismo absoluto? Es mejor votar sin pinzas en la nariz; y votar a UPyD es apoyar un fraude.