El pasado primero de enero, el ínclito y nunca bien ponderado Juan Bautista Minguela Domingo, emprendió su último viaje, a los noventa y cuatro años, sin enterarse y plácidamente, después de haber celebrado, puede decirse, su última cena de fin de año, en su "recuncho" de Viladesuso-Oia, brindando con su típica frase: "polas nosas boas cualidades, que non son poucas". En este hermoso lugar recibía a sus buenos amigos dos veces por semana, disfrutando de su compañía y degustando sabrosos manjares y deliciosos vinos de su surtida bodega.

Su oficio fue el de peluquero, habiendo pasado por su famosa peluquería, fundada en 1941, todo Vigo. Contaba con diez sillones, manicura y limpiabotas, y también había una pequeña barra de bar para hacer más corta la espera de sus clientes. Se da la circunstancia de que S.M. D. Juan Carlos de Borbón, hoy rey de España, cuando estaba realizando su carrera militar en la Escuela Naval de Marín, se desplazaba a Vigo, tuvo el honor de que le atendiera el maestro peluquero Minguela, a quien le envió una fotografía dedicada, en el año 1991.

Otra de sus actividades era la de pescador de mar y de río, y también fue un destacado cazador, y en una época, masajista del Real Club Celta de Vigo, amante de las Islas Cíes y un gran micólogo, tanto que sus amigos le consultaban sobre las que recolectaban y ninguno de ellos resultó intoxicado. Famosa fue su típica bodega situada en la rúa de Santiago, en Vigo, llamada "Cueva de los Pedros" porque cada asistente tenía una llave de su candado, y sus paredes estaban decoradas por los pintores que allí acudían, y en cuyo "libro de oro", que recuperé, aparecen ingeniosas frases como ésta que dice: "No alto unha estrela e Dios, na terra, Minguela e nós".

Aseguró que en el año 1974, un ovni se posó en las cercanías de su domicilio en Viladesuso, lo que produjo gran repercusión en toda la comarca, alrededores y en todos los medios de comunicación, incluso en el extranjero. En Viladesuso fue el impulsor de la realización de unas carreras de caballos y de burros, que fueron muy concurridas y renombradas.

En 1991 el Concello de Vigo le concedió el título de "Vigués distinguido". La parroquia de Viladesuso, en 1996 le distinguió con el nombramiento de "Hijo predilecto".

Debido a su muerte inesperada no pudo ver colocada una placa con su nombre en el parque infantil de dicha localidad.

En estas pocas líneas no puede expresarse la activa vida de este personaje, pero tengo la satisfacción de que antes de fallecer, leyó las cuartillas que escribí como proyecto de un libro, en las que relato una sucesión de anécdotas de su larga vida que fue contándome de viva voz cuando yo le visitaba frecuentemente.

Por decisión de su hija, que llegó desde París en donde reside, la incineración del cadáver de su padre se realizó en la más estricta intimidad, depositando sus cenizas alrededor de su casa.

Amigo Minguela: te ausentaste pero tus recuerdos permanecen con nosotros.

Tu perro más veterano también está triste.

Mariano Marcos - Vigo