Opinión | Mira Vigo

Esa promoción del 68 en Jesuitas

Esa promoción del 68 en Jesuitas.

Esa promoción del 68 en Jesuitas. / FdV

No voy a ocultar que esta foto me afecta, porque a todos estos que veis tras su comida en el Pigmalión, ya creciditos, los he visto y he convivido con ellos en los Jesuitas desde su más tierna infancia, con pantalones cortos. ¡Qué tiempos aquellos, qué rápido han pasado, menos mal que con las bajas mínimas! Son la promoción de 1968 y juntos estuvieron (unos antes y otros después) en Infima, Media, Ingreso y Bachillerato. Pasaron muchas cosas desde entonces, pero se reencuentran al menos una vez al año, haciendo honor a su memoria común.

Carolina Badía, de cómo la vida puede dar una vuelta inesperada

Hacía tiempo que no hablaba con la viguesa Carolina Badía y me he quedado estupefacto al hacerlo y enterarme de que esa mujer admirable con un currículum de mucho aplauso en el mundo de la moda, pasaba por un momento a la vuelta de una enfermedad inesperada que no supo detectar (o reaccionar) a tiempo, en que todo ese esfuerzo y experiencia anterior se quedaba en agua de borrajas. Hija del bueno de Ernesto Badía, fundador del Banco de Alimentos ya fallecido, con Carolina constaté que vivimos al filo de un papel de fumar, las vueltas sorprendentes que puede dar una vida normal –en el caso de ella con 44 años y puestos de responsabilidad en el mundo de la moda fuera de Galicia– y lo difícil que resulta reinsertarse laboralmente. Ella, que ha tenido esa experiencia inesperada, me hizo ver también la importancia de que existan trabajadoras sociales con que cada institución, municipal u otra, pueda paliar el problema de los que no tienen nada o que lo han perdido todo. Y hay más.

Trabajadoras sociales de Vigo: la incapacidad para atender la demanda

Yo no pongo en cuestión la labor social de nuestro Ayuntamiento vigués porque es muy fácil y simplista criticar una labor tan compleja y con tantos frentes sin la información oportuna.Pero sus trabajadoras sociales dicen que no pueden mas (pregúntenle a la sindicalista Teresa Elvira Muñoz, a Antón Bouzas, aos Ninguéns...), que la falta de personal es insostenible y no pueden ofrecer ante la demanda de una ciudad con mucha pobreza oculta calidad en su servicio de atención. Dicen que cada una tiene un ratio de población muy superior a lo prescrito y digo yo que lo importante es que aumente el número de ellas, sea por parte del Ayuntamiento o de cualquier otra institución.Como no las hay, las citas se retrasan para las personas con vulnerabilidad. A la misma Carolina le acaba de denegar la Xunta una RISGA porque le falta un documento de la asistente social que aún no pudo recibirla. Pero su caso es lo de menos, aunque a ella le sirvió para percibir ese lado oscuro de la sociedad que no conocía de nada. Si no se puede llegar a lo que la norma sugiere, intentar al menos orientarse hacia ella, paliar en lo posible esos desgarros del sistema que genera un mundo que excluye a quienes el origen, el azar laboral o una enfermedad incapacitante deja en la pobreza. O los mismos emigrantes que buscan desesperadamente un trabajo que muchos aquí no quieren.

Y el premio Celanova a Bieito Ledo

Debe ser Bieito Ledo el único tipo en Galicia que ha conseguido hacer un homenaje con rica participación cultural a un carballo y en su aldea de Padroso. No solo con una fiesta cultural a su alrededor sino con una libro plural de firmas. Este verano hará el librero y editor la tercera edición del encuentro pero, por medio, acaba de recibir el galardón 2024 Celanova, a Casa dos Poetas por su labor en favor de la cultura. A ver Bieito, tú que dices que estás ya “na tardiña” de tu vida, no te quejarás de cómo va la misma. A la sombra de un carballo centenario.