Opinión

¡Hurra por Chile!

Leo en medios internacionales que el Gobierno chileno de Gabriel Boric ha prohibido participar a empresas de armamento israelíes en la mayor feria de tecnología militar de cuantas se celebran en el Hemisferio Sur.

En vista de lo que ocurre en Gaza, y no solo desde el pasado 7 de octubre, hay que felicitarse de la decisión del presidente chileno, que cuenta además con el apoyo mayoritario de su pueblo.

Ya antes, un país árabe, los Emiratos Árabes Unidos, había tomado una medida similar debido a la masacre perpetrada por Israel contra los gazatíes: no hubo representación de empresas israelíes en la “Dubai Airshow”.

No ocurrió lo mismo en su equivalente asiática, la “Singapur Airshow”, a la que asistió por cierto uno de los generales alemanes cuya conversación con otros altos mandos sobre el posible envío a Ucrania de misiles Taurus fue filtrada a los medios y causó un escándalo diplomático.

Según el diario israelí ‘Haaretz’, el pabellón del Estado judío en la feria de armamento de Singapur, la mayor del continente asiático, fue un éxito rotundo.

El Estado sionista publicita su tecnología militar de última generación, por ejemplo, el Panda, un bulldozer teledirigido, capaz de destruir bloques enteros, con el apabullante argumento de que está “probado en Gaza”.

Los mayores clientes de Israel por lo que a ese tipo de productos se refiere son tanto los Estados de la región del Asia Pacífico como los europeos, entre ellos Alemania, que hizo recientemente un pedido del sistema de defensa antiaérea “Arrow 3” por un valor total de 3.600 millones de euros.

Israel exporta también su tecnología militar a países de Oriente Medio y el Magreb como los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos, con todos los cuales el Gobierno de Tel Aviv ha firmado los llamados “acuerdos de Abraham”.

Especialmente polémicas son las ventas de armas a los Emiratos, que participaron en la guerra civil de Sudán, al régimen de Myanmar, acusado de genocidio contra la minoría musulmana de los rohinyá, o a Marruecos, que mantiene bajo ocupación el Sáhara occidental.

Según el Instituto de Investigaciones sobre la Paz, de Estocolmo (SIPRI), Israel es mientras tanto el noveno mayor exportador mundial de armas.

El Estado judío recurre cada vez más a la inteligencia artificial en su lucha contra la organización palestina Hamás, según una investigación e la revista palestino-israelí “plus972”.

Uno de sus productos estrella es el sistema “Lavender”, diseñado para marcar como posibles blancos y sin apenas intervención humana a todos los sospechosos de colaboración con Hamás a fin de asesinarlos después.

Gracias a los sistemas de vigilancia de los movimientos de los gazatíes y al control exhaustivo de sus contactos telefónicos, el Estado judío tiene puntual información de los 2,3 millones habitantes de la Franja.

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