Opinión | Mira Vigo

Los portadores del Cristo

Los portadores del Cristo.

Los portadores del Cristo. / Fernando Franco

El confaloniero, gonfalonero, gonfalonier o confalonier son denominaciones para la persona que lleva el confalón o gonfalón, la bandera, el estandarte, el pendón. Siempre ha sido distinción y honor (aunque tan poco se lleva ahora la palabra). Aquí desvelamos a los últimos que en Vigo lo han portado en la procesión del Cristo de la Victoria, salvo el obispo, que está ahí para dar autoridad eclesial al encuentro. Son, de izq. a dcha., Íñigo Andonegui, José Vidal, Manolo Pérez, Pepe García, Luis Lara, Marora Martín-Caloto, el obispo D. Luis Quinteiro, Bonifacio Lagares, Pepe Morales, doctor Babé, Luciano Martínez, Carlos Borrás y Javier Touza. Faltaron, por razón de viajes, Mario Cardama y Manuel Manquiña. Son porteadores de una memoria común.

Adiós a Celia, compañera de vida del cronista Lalo Vázquez Gil

Yo la recuerdo siempre en la retaguardia de su marido, desplegada una sonrisa cálida y medida, pero nunca dejé de tener el pálpito de que aquella mujer era su motor, su fe de vida, su apuesta permanente. Se fue a una buena edad, 92, Celia García Martínez, y siento que casi siempre el adiós de una historia digna de ser contada queda en la simple mención de una esquela. De su papel como madre recordarán bien sus hijos, Celia, María del Mar y Bernardo, periodista que conocimos en los 80 como líder de los Refrescos y aquel tema triunfal, Aquí no hay playa. Hace muchos años que conocí a Celia, aunque siempre de paso porque en realidad su marido, Lalo Vázquez Gil, el que fue cronista oficial de la ciudad, es el que marca referencias en mi calendario. A él le tuve en mi adolescencia como profesor de gimnasia, como director después de esa revista en que comencé mi vida periodística antes de Gerardo González Martín, como compañero en aquella asociación de la prensa en la apertura democrática, como lector de libros suyos como Las calles de Vigo que abrieron mi curiosidad hacia la historia de la ciudad, como admirador de su incansable buen humor y su amor por el chiste, gráfico o sonoro… Y siempre, a lo largo de tantos encuentros, cenas, presentaciones, estaba ella allí dándole señorío (¿mujerío?), afecto y respaldo. Una gran dama.

De la Reconquista, a los callos de Gondomar o al Millo de Bueu

Parece que ya está pasando la resaca. ¡Vaya abril llevamos en clave festiva por Vigo y sus alrededores! En Vigo andamos superando los efectos del largo fin de semana de la Reconquista, de puesto en puesto entre 200, de actuación en actuación, de choripán en choripán por el barrio viejo entre franceses okupas y nativos resistentes. Mucha chavalada halló el domingo en O Mundo Máxico de Pinocho, en el teatro Salesianos, una curiosa adaptación al teatro musical clásico, una historia contada a través de los ojos de Pepito Grillo. Pero es que en Gondomar vivieron la Festa dos Callos, una Gran Churrascada los de Baredo en Baiona y la Festa do Millo Corvo los de Bueu, sin olvidar a los de Tui, que despidieron las fiestas de San Telmo. ¡Somos unos festeiros!

Y Fandiño continúa sus asaltos al edadismo con La Tribu Hereje

Y me asaltan aquí y allá por Internet los podcast que ahora graba Jaime Fandiño con personajes diversos que opinan, desde su saber, del edadismo. Le sobran a Fandi de su larga etapa televisiva conocimientos para rentabilizar en las pantallas su TRIBU HEREJE, un proyecto outsider y multidisciplinar que apuesta por inocular la vacuna de la intergeneracionalidad contra el estigma del edadismo que se pueda producir en cualquier momento de la vida.