Opinión | Crónica Política

Un “low cost” caro

Hay quien piensa ya en que la “cuestión ferroviaria” que Galicia tiene planteada desde hace demasiado tiempo sólo podrá resolverse favorablemente a través de un milagro o mediante la intervención de un hechicero de primera, por si no bastaba con la falta de remate del AVE Atlántico (no hay tramos entre A Coruña y Ferrol ni –aún– entre Vigo y Portugal), el que une Galicia con Madrid lleva años de retraso y del Corredor de mercancías apenas se sabe: sólo hay ya quien quiere reducirlo a una obra de electrificación de las vías.

Ahora aparece otro invento que perjudicaría todavía más a esta tierra. Se trata del anuncio de una empresa francesa “low cost” en el que se dice que prestará sus servicios con preferencia en el norte y levante españoles. Traducido al román palatino es un mensaje para dar a entender que el Noroeste, si alguna vez lo tiene, tardará en integrarse en eso que llaman “bajo precio” en el servicio de los trenes. Pero lo más preocupante es que Galicia sea considerada como una zona “nada preferente”, porque quiere decir que no interesa ni como objetivo de servicios no como negocio de tipo menos costoso que otros.

O sea, que si otros hacen algo parecido, esta tierra tendrá serias dificultades para instalar con garantías un sistema de transporte de viajeros cómodo y más barato que los que se emplean por carretera. Eso, unido a los problemas antes citados, dejaría a este Reino en clara situación de inferioridad en lo que respecta al modo de viajar más cómodo y asequible. Un panorama que lo sitúa en franca inferioridad con respecto a las comunidades más cercanas. Ha llegado, pues, la hora de espabilar.

(Hay algo más. Aunque carece de ratificación, se extiende la hipótesis de que al Gobierno español le interesaría más un AVE entre Lisboa y Madrid antes que la capital portuguesa y A Coruña. De ese modo resolvería la grave ausencia de una buena comunicación por Extremadura, que carece de servicio moderno, y de paso ahorraría mucho en el coste del trayecto. Y todo ello será probablemente desmentido oficialmente, pero es una posibilidad que se maneja relacionada con la “rentabilidad”.)

Por eso y unas cuantas razones más que podrían añadirse, se habla de un “low cost” muy caro para esta tierra porque de alguna manera supondría más retraso todavía en una parte de lo que se ha dado en llamar “cuestión ferroviaria” cuya solución es prioridad para Galicia. Claro que hay algo todavía peor: que al final de este asunto quien decide será el Ministerio de Transportes que rige Óscar Puente. No parece necesario subrayar una vez más que su señoría es poco amigo de Galicia, dato que obliga a la Xunta a espabilar lo antes posible y buscar algún sistema para convencer a los escépticos de que este rincón peninsular merece tanto como el que más.