AL AZAR

Sánchez ha leído un libro

Matías Vallés

Matías Vallés

La principal incógnita sobre el nuevo libro de Pedro Sánchez no plantea cuándo ha tenido tiempo de escribirlo, sino cuándo ha tenido tiempo de leerlo, dadas las cuatrocientas páginas del tomo y el ajetreo de la inverosímil investidura de su autor. El memorial con pluma ajena lleva por título “Tierra firme”. Es la expresión más socorrida de quienes sobreviven a un “Naufragio”, que hubiera sido el título preferido por los infinitos enemigos del presidente del Gobierno. El líder socialista tiene algo de Hernán Cortés desembarcando en una sociedad que sacrifica a seres humanos para comérselos a continuación, y donde el cocinero lo está examinando con un curioso rictus.

"Sánchez quiere demostrar con su libro que es el único que piensa en el país. Acierta con la estrategia"

Habla bien de Sánchez que comience su segunda legislatura leyendo un libro, y dada la idiosincrasia ensimismada que se atribuye al personaje, la única posibilidad estriba en que el volumen lleve su firma. Y sobre todo, su primer plano en portada. Una vez agotados los memes y referencias a “Manual de resistencia”, un amigo de las series hubiera recomendado “Manual de insistencia”. Obsesionado con llegar en solitario a la meta, conviene recordarle al autor que no ha pilotado el primer Gobierno de coalición. Su convivencia insomne con Pablo Iglesias fue más incruenta entre presidente y vicepresidente que la colisión de González y Guerra a finales de los ochenta.

Mientras el país se concentra en acabar con Sánchez por el procedimiento más expeditivo posible, Sánchez quiere demostrar con su libro que es el único que piensa en el país. Acierta con la estrategia, porque el discurso único de la derecha consiste en liquidar al presidente, en la vana esperanza de que así se solucionarán milagrosamente todos los problemas. Si Italia se conmueve por el libro de un general, y Estados Unidos se paraliza con “La mujer en mí” de Britney Spears, en España se debate al menos un volumen político. Se hablará tanto de “Tierra firme”, que no quedará hueco para leerlo. Además, es un libro que deja con la hiel en los labios porque se detiene en el 23-J, cuando el escritor Sánchez ha acumulado más experiencias y rechazo en los cuatro meses transcurridos desde las generales que en los cinco años anteriores de ejercicio del poder.

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