Crónica Política

Una transición ¿tranquila?

Javier Sánchez de Dios

Javier Sánchez de Dios

Es curioso –incluso dentro del oficio político, que proporciona una sorpresa por día, como mínimo– que aquí en Galicia, y a pesar de las evidencias, la oposición siga minusvalorando al presidente Rueda Valenzuela. Y, en ocasiones, ha ido más allá, despreciándolo como una especie de subalterno del señor Feijóo. Por cierto sin que don Alfonso haya reclamado disculpas, quizá porque entienda mejor que otros lo que conlleva el oficio. Incluida la paciencia, por supuesto.

El caso es que mientras eso ocurre, su señoría ha sido capaz de hacer lo que nadie hasta ahora, incluido don Manuel Fraga: desmantelar un sistema, dentro de su propio partido, que vivía para el poder y que no se marcó límites en su afán por conseguirlo. El responsable de la Xunta y del PPdeG lo ha denominado “transición tranquila”, pero el adjetivo está por ver y la transición hasta donde llega: Porque falta la mitad de la tarea y un acta de senador parece poca compensación.

(Por cierto que, cuando se menciona la búsqueda de poder por la dinastía de los Baltar, no se olvidan los –al menos– dos motines frente al “patrón” o los choques más o menos disimulados por el sistema de adjudicación de plazas en la Diputación: todas para el PP y su entorno. Y para apagar el ruido, al ya fallecido presidente a quien sólo se le ocurrió afirmar que “eran los más listos”. Corrían tiempos de unificación entre Centristas de Ourense y populares y era arriesgado entrar en polémica.)

Conste que la duda que se expresa acerca de la tranquilidad de la transición no se refiere tanto a la voluntad del dimitido presidente provincial cuanto al tejido de intereses políticos que durante todos estos años ha funcionado allí y la lealtad que no pocos cargos del sistema han mantenido más hacia las personas –en concreto los Baltar, padre e hijo– que incluso a su partido. Y del mismo modo que, dice el refrán, “no se tomó Zamora en una hora”, el sistema no desaparece de repente.

En cuanto a la “transición” propiamente dicha, tampoco le va a resultar fácil al presidente. Su staff habrá de cuidar posibles fugas, entre ellas la que ofrecerá Democracia Ourensana, de Gonzalo Jácome, que ya anunció su intención de presentarse a las próximas –cuando quiera que sean– elecciones gallegas. Y hay contactos avanzados para formar una especie de coalición con Espazo Común, que tiene a Pachi Vázquez como referente, que pueden restarle no pocos votos a los demás partidos y especialmente al PPdeG. Por eso el señor Rueda Valenzuela tendrá que caminar con pies de plomo y no descuidarse, porque ya se sabe que donde menos se espera, salta la liebre.

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