Fábrica de papel “La Cristina”

Lavadores, 1860-1865

Carlos Núñez

Carlos Núñez

La primera fábrica de papel de Galicia la construyó un genovés en el Pazo de Faramello (Rois, cerca de Santiago), denominada “Real Fábrica de Papel de Faramello” (1714), próxima al curso del río Tinto, afluente del Sar, en el Camino de Compostela. Antes de mediados del siglo XIX parece ser que ya existía en el área de Vigo uno o dos molinos de papel, con sus correspondientes batanes para machacar trapos varios y convertirlos en pulpa, cuyo secado producía el papel. Verea y Aguilar ya contaba cuatro fábricas de papel en Galicia a finales del s. XVIII. Por la cantidad, fuerza motriz y calidad del agua de sus ríos, en el siglo XIX funcionaban 25 fábricas de papel en Galicia. Destacan las antiguas fábricas de papel en el entorno de la Ría de Muros-Noia, Rodís en Lalín, zona de Lousame, Ría de Arousa y otras.

En la última década del siglo XVIII tuvo lugar la primera de una serie de innovaciones que revolucionarían la fabricación de papel: la aparición de la “forma mecánica”, con la instalación de máquinas capaces de producir rollos de papel continuo y no hojas sueltas. La historia de estas máquinas de producción de papel se fueron desarrollando e incrementando su tamaño, de producción hoja suelta hasta los 20-30 metros. La primera máquina de producción de papel de forma industrial se importó desde Francia a España (1836) para la fábrica de Tomás Jordán, situada en Manzanares el Real. Era la más moderna y la envidia para toda la península. Mientras, Galicia con sus antiguas fábricas de batanes abastecían al mercado gallego y también a Sevilla, Cádiz, Málaga y Asturias, aprovechando los canales de comercialización de la industria del cuero.

En Vigo todavía no existía una fábrica de papel, aunque ese año ocurría que un Real Decreto traslada de nuevo la capitalidad de la provincia a Vigo (1836). Este Decreto firmado en Madrid fue comunicado a Pontevedra, pero sus regidores decidieron ocultarlo, mientras se presionaba en la Corte en contra del cambio de capitalidad. Para cuando Vigo supo que había sido nombrada capital, la decisión ya había sido revocada. Repito, Vigo todavía carecía de imprenta, periódico y fábrica papelera.

Fue 1840 cuando se produjo el descubrimiento de las pastas mecánicas de madera, al encontrar un sistema que disgregaba la madera produciendo partículas aptas para la formación de papel. Cuando se inauguró “La Cristina” ya aparecieron técnicas de producción de pastas químicas basadas en someter la madera troceada a la acción de tres factores: calor, presión y pH ácido o alcalino. Fueron estos agentes los que consiguieron mejorar la calidad de las pastas de papel. Por eso el comentario que nos adjunta al IEV, el solicitante de nuestra investigación, de un libro de la Catedral de Tui (1879), en donde se menciona el papel de esta fábrica de Lavadores como papel fino y de baja calidad, se refiere para los trabajos artesanales de pendolismo con pluma caligráfica, pero en absoluto para los trabajos tipográficos de impresión.

FARO DE VIGO –hoy decano de la prensa española– publica su primer número en noviembre de 1853, en una máquina de Ángel de Lema en rúa Olivo y cuyo papel posiblemente fuera suministrado desde las recientes fábricas de Bizcaia. A partir de este año se produce una apertura del período de emigración libre y en torno a la emigración y al Puerto de Vigo, se establecen lucrativos negocios. Consignatarios, fletes, agencias y armadores vigueses se convierten en consignatarios de las compañías extranjeras. El consumo papelero crece a niveles insospechados y su producción se convierte en un negocio muy lucrativo en el resto del país.

El impresor santiagués Juan Compañel se instala en Vigo (1856) y poco más tarde el industrial Norberto Velázquez Moreno realiza dos proyectos: la primera Casa de Baños en el extremo Oeste de O Berbés –inaugurada en1860– y una fábrica de papel en Lavadores, “La Cristina”, próxima al río Lagares –inaugurada por López de Neira, Ángel de Lema, Compañel y otros en 1862, aunque funcionando con anterioridad a 1860–, según diversas fuentes de la competencia vasca y burgalesa. En esta fábrica de Lavadores aparece una máquina capaz de producir rollos de papel continuo y no hojas sueltas. En la mayoría de las imprentas españolas, parte de los capitales y de la mano de obra cualificada y sobre todo la tecnología procedían del extranjero, de Francia en especial. La papelera de Lavadores cerraría su producción sobre el año 1865, dicen que por efectos del escaso curso del río Lagares.

Como nota curiosa, cierra la papelera el año que visita Vigo el joven músico ruso Rimski-Korsakov. El famoso compositor introduciría un ritmo gallego más tarde en su Capricho Español (1887) mundialmente conocido.

En mi criterio particular, vista la variedad papelera que ya requería el mercado, no sería descartable la presencia del diputado José Elduayen promoviendo el impulso papelero de la fábrica “La Cristina”, cuya producción sería el abastecimiento de la administración pública, cuyo papel para tipografía y de calidades irregulares ya era anteriormente fabricado a mano en variedad de molinos dispersos por todo el país.

Algunos de los datos mencionados proceden del “Diccionario Histórico de la Escritura y de las Artes e Industrias Gráficas” (Amazon, 2012), de Carlos Núñez, miembro del Instituto de Estudios Vigueses y del “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España”, de Pascual Madoz (1845).