DE UN PAÍS

Enganchados al hormigón

Luis Carlos de la Peña

Luis Carlos de la Peña

En la semana final de la campaña la suerte parece echada. Si atendemos a la encuesta de DYM, publicada por Faro de Vigo, los socialistas podrían perder Ferrol en favor del PP y bajar en Santiago de Compostela, sin que Bugallo pierda la alcaldía. Un coste asumido, habida cuenta la práctica completa absorción que el PP hace de los antiguos votantes de Ciudadanos. Queda Ourense capital, pero allí las mutuas gentilezas entre Manuel Cabezas y Paco Rodríguez quedarán condicionadas por el control de la Diputación, los idus de Baltar, la última pirueta de Jácome y la conveniencia en los más altos despachos de PP y PSOE.

Dos factores de carácter general, no local, planean sobre las expectativas del PSdeG, con la excepción de Vigo: la menor movilización y fidelidad de su electorado. Desde hace tiempo se detecta un traspaso de votantes socialistas hacia el PP, consecuencia en buena medida de la política de alianzas y apoyos del Gobierno. En dirección contraria, aunque en menor medida, Yolanda Díaz capta también a antiguos electores socialistas, pese a que su propuesta siga siendo un desesperante galimatías. Menor fidelidad y movilización que podrían aún acentuarse con la campaña del PP a cuenta de la inclusión de exetarras en las listas de Bildu, circunstancial apoyo de los socialistas en el Congreso. Una recurrente variable de la política nacional introducida en el ecuador de la campaña.

El PSdeG llega a estas elecciones locales con ilusiones renovadas. El regreso de Gómez Besteiro a la primera línea apacigua la inquietud interna, refuerza las explicaciones sobre la acción de gobierno de Sánchez y alimenta las expectativas ante las futuras elecciones autonómicas. Formoso y Besteiro han establecido una tácita bicefalia que complementa las agendas de visitas a los territorios y candidatos que más lo precisan.

Llegados a este punto es posible preguntarse por lo que diferencia la gestión municipal de los socialistas de la que desarrollan el PP o los alcaldes y alcaldesas del BNG. Formoso reivindica la conexión del PSdeG con la Galicia urbana y la rural. A bote pronto diría que los socialistas se muestran más dinámicos que los populares, debido quizá a un más ventajoso aprovechamiento de las inversiones de las Diputaciones, y menos sociales, verdes y participativos que los nacionalistas. Los ayuntamientos socialistas viven enganchados al asfalto, el hormigón y la loseta, pero en el camino han olvidado el espíritu transformador de la inteligencia, de la pluralidad, de la creación de valor añadido y de distribución de la riqueza.