La primera victoria socialista en Galicia

Gonzalo Caballero

Gonzalo Caballero

Se cumplen cuatro años desde la primera vez que los socialistas fuimos los más votados en la historia de Galicia y conseguimos ser primera fuerza política en esta comunidad. Fue en las elecciones generales del 28 de abril de 2019 cuando en el PSdeG-PSOE conseguimos más votos que el PP. Nunca había ocurrido. Entonces, los socialistas subimos diez puntos, pasando del 22.2% del voto de las anteriores generales al 32.1%, situándonos cinco puntos por encima del PP. De tener 6 diputados socialistas en el Congreso por las cuatro provincias gallegas pasamos a tener 10, y esa misma representación se mantuvo en la repetición electoral de noviembre. Así, Galicia contribuyó con intensidad a la victoria socialista en las elecciones generales de 2019.

Aquel resultado confirmó la legitimidad y continuidad del Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, que había dado relevo al conservador Mariano Rajoy tras la moción de censura motivada por la sentencia de la Gürtel. La mayoría electoral refrendó el acierto de tantos militantes socialistas que, desde las bases, no queríamos ser muleta del PP y habíamos apostado por un proyecto nítidamente alternativo a la derecha. Así se frenaron también las quinielas sobre un posible sorpasso de Podemos por la izquierda y se limitaron los riesgos del extremismo. Efectivamente, con el paso del tiempo, PSOE y PP se reafirman como principales referencias de derecha e izquierda en el tablero político español.

Avance social

El Ejecutivo socialista estuvo en minoría durante 2018 y en funciones en un 2019 con repetición electoral, pero siempre marcó una intensa agenda de avance social. Fue a las pocas semanas de la formación del primer Gobierno de coalición de la historia española, en 2020, cuando hubo que afrontar el COVID y la consecuente crisis sanitaria y económica. En ese contexto se evidenció aún más nuestro compromiso con la formación de un escudo de protección social que desarrolló los ERTE, la revalorización de las pensiones, la creación del Ingreso Mínimo Vital y la subida del Salario Mínimo Interprofesional, a la vez que superó el paradigma neoliberal asumido por la derecha en la gran recesión para apostar ahora por políticas de impulso al crecimiento y de protección social. A la vez se impulsaron también desde España los fondos Next Generation como una respuesta europea para reactivar y modernizar la economía, y se han aplicado medidas contra el crecimiento de precios como la excepción ibérica o la rebaja de impuestos a la electricidad. La subida de la inflación es un mal de nuestros días, que hace perder poder adquisitivo a los trabajadores, y ante la cual desplegamos medidas de protección frente a la vulnerabilidad. Mientras, la alternativa económica de la derecha sigue centrada en una rebaja impositiva que debilita el estado del bienestar, tiene carácter regresivo y nada soluciona.

Por tanto, aquella victoria socialista en Galicia impulsó un Gobierno cuyas medidas sociales han favorecido especialmente a la ciudadanía gallega, que tiene pensiones y salarios medios más bajos que el conjunto de España. De hecho, más de un millón de gallegos ven en este 2023 como sus ingresos mensuales se incrementan directamente por las medidas del gobierno de España. Es el caso de 682.000 pensionistas gallegos, de las 37.000 personas con pensiones no contributivas, de 25.000 hogares en los que entra el IMV, de 137.000 trabajadores con el SMI o de 155.000 trabajadores públicos. A ello hay que sumar medidas históricas para Galicia como la recuperación del Pazo de Meirás, la llegada del AVE a la comunidad, la histórica rebaja de la AP-9 o avances clave en infraestructuras vitales, por ejemplo en las conexiones del sur de Galicia. Siempre aspiramos a más, pero el balance es positivo.

Buen trabajo

La victoria socialista de 2019 reflejó el buen trabajo de los socialistas españoles y gallegos, con un factor diferencial aquí, pues en Galicia conseguimos cuatro puntos más de voto que en España, lo cual no es habitual. En concreto, mientras en el conjunto del Estado aumentamos en seis puntos, los socialistas gallegos crecimos diez. El PSdeG funcionó como nunca y se evidenció que, tras una década de retroceso iniciada en 2009, conseguimos entrar en una etapa en la que crecimos en todos los procesos electorales: subimos seis puntos en las municipales, doce en las europeas, y punto y medio en las difíciles autonómicas del COVID. Siempre al alza en una etapa en la que me correspondió dirigir el socialismo gallego; la primera vez en la historia que lo hizo un socialista de Vigo, y que se caracterizó por fortalecer un proyecto de izquierdas, federalista y galleguista, feminista y ecologista, útil a la ciudadanía.

La vista al pasado nos enseña que cuando el rumbo está bien marcado se pueden conseguir muchos logros. Así avanzamos. Ese debe ser el reto también de cara a las próximas municipales, un ámbito en el que los socialistas gallegos tenemos una amplia tradición de gobiernos y donde la amplísima mayoría del alcalde de Vigo constituye la aspiración de cualquier regidor o regidora de ciudades españolas. Ahora corresponde volver a avanzar en Galicia y conseguir ser la fuerza más votada. Ese es el compromiso municipalista de la actual dirección del PSdeG, que puede contar para ese reto con el impulso de gobiernos socialistas en tres de las cuatro diputaciones, cinco de las siete ciudades y 111 alcaldías, fruto de las buenas municipales que hicimos en Galicia tras aquellas generales. Avanzar en municipales el 28-M será también la garantía de una buena tendencia para generales y autonómicas. Y, porque gobernamos pensando en la ciudadanía y luchando para que nadie se quede atrás, podemos afrontar el futuro con orgullo, ganas e ilusión.

*Ex secretario xeral del PSdeG y doctor en Economía y Ciencia Política

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