Sumisión química y la ley de libertad sexual

Dr. Manuel Isorna Folgar*

En los últimos años, la Sumisión Química en una de sus modalidades, el uso de Drogas como Facilitador del Asalto Sexual (DFAS) ha suscitado una gran relevancia sociosanitaria ya que está ampliamente relacionado con la victimización sexual. Las DFAS son sustancias empleadas para dejar a la víctima en estado semiconsciente y, por tanto, incapaces de oponerse a un ataque sexual, siendo el alcohol la principal pero no la única, así la cocaína, cannabis, ketamina, burundanga, MDMA, GHB y Benzodiacepinas también suelen ser detectados en la sangre de las víctimas. Por ejemplo, el famoso humorista Bill Cosby recién condenado en EE.UU por violar a 46 mujeres con este sistema, utilizaba Quaalude, un potente sedante que les suministraba en la bebida.

Esta práctica de abusar/violar a chicas/mujeres bajo los efectos del alcohol y/u otras drogas es tan común que se estima que una de cada cinco universitarias en EE.UU. habría sufrido algún tipo de agresión sexual. De entre estas, tan sólo un 12% lo denunció. En España las cifras no las conocemos porque no hay estudios de victimización por este motivo y se estiman que solo denuncian entre un 10-20%. De estas denuncias, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses “constató” que de las 3.001 agresiones sexuales en 2021, se practicó análisis en 994 de ellas ante la sospecha de que pudieran haberse cometido con la víctima bajo SQ: el resultado fue positivo en el 72% de los casos. Cabe destacar que la mayoría de las mujeres que no denuncian no lo hacen porque todavía prevalecen mensajes sociales que culpabilizan a la víctima de lo sucedido.

Para remediar o enmendar esta situación, en el año 2014 en California se aprueba la ley SB-967 conocida como “Sí quiere decir Sí”, que curiosamente la Ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual 10/2022 de 6 de septiembre aprobada y que tanta controversia ha generado en España también se ha denominado de la misma forma. Esta ley define el consentimiento de tener sexo como un acuerdo voluntario y no como la falta de resistencia. El texto legal establece que debe de tener lugar un “acuerdo afirmativo, consciente y voluntario” para tener relaciones sexuales y que éstas se pueden interrumpir en “cualquier momento”. Según la legislación, una persona que está ebria o drogada, sin conocimiento o dormida no puede haber acordado mantener relaciones sexuales. Además, señala que el consentimiento puede transmitirse mediante un “sí” verbal o indicarse en forma no verbal, pero la falta de resistencia o de objeción no pueden tomarse como consentimiento. También señala que “el silencio o ausencia de resistencia no constituye consentimiento y especifica que un acusado no puede alegar que había asumido que la víctima había dado su consentimiento cuando esta estaba ebria, drogada, inconsciente o dormida”. En algunos países, y ahora también en España con nueva ley también se considera agresión sexual cuando alguien las suministra a sabiendas y/o se aprovecha de su estado de seminconsciencia para cometer actos sexuales y no un mero abuso sexual como se consideraba en la ley anterior.

En España además de legislar en esta dirección es necesario adaptarse a los nuevos acontecimientos, es necesario prevenir y educar desde la infancia sobre sexualidad: qué es acoso, violencia sexual y qué es agresión sexual. Videojuegos como el GTA, al cual juegan la mayor parte de nuestros adolescentes/jóvenes (comprados por sus respectivas madres/padres) en el cual un hombre pide los servicios sexuales de una prostituta, le paga e instantes después la mata para recuperar el dinero, y, además, gana puntos. El acceso a internet (media del primer móvil 11 años) facilitó de manera exponencial el acceso a la pornografía, cada vez más precoz. Nuestros jóvenes están demasiado tiempo expuestos a contenidos en los cuales la mujer es en un sinfín de ocasiones un “objeto” sexual y con demasiada frecuencia se ejerce una violencia sobre ella. Esto implica que nuestros hijos, jóvenes y hombres, siguen construyendo su sexualidad a través de la “cosificación de la mujer”, con conductas machistas y agresivas que siguen sustentando a una sociedad androcéntrica que le sigue otorgando a los hombres una posición privilegiada y de dominio sobre las mujeres.

*Profesor Universidad de Vigo. Facultad Ciencias Educación y Trabajo Social

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