DE UN PAÍS
Besteiro en la “pole”
José Ramón Gómez Besteiro ocupa la pole, ou a pola, en la parrilla de salida de quienes estarán en la pomada de la política gallega durante los próximos meses. Cumple con tantos de los requisitos necesarios, que es difícil imaginar una persona mejor situada para disputar las primarias dentro del PSdeG. Las circunstancias del momento inclinarán la balanza, pero hasta los años de ostracismo juegan a favor de su persona. ¿Será suficiente?. Más allá del morbo mediático de si será o cuándo será, de Besteiro se espera con inmediatez un discurso a la altura del país, de Galicia. De hecho, la Delegación del Gobierno es una magnífica plataforma para aterrizar en los asuntos que hoy preocupan a la sociedad gallega y que tienen en Pedro Sánchez a un protagonista inexcusable.
Ni Rueda ni Pontón darán los retóricos cien días de cortesía para que Besteiro estudie los dosieres pendientes. El tiempo apremia, la competencia es cerrada y al nuevo flamante delegado del Gobierno la ciudadanía le va a exigir concreción, interlocución fluida con la sociedad y los distintos ministerios y ejecución de los compromisos presupuestarios y políticos. Son muchos los frentes abiertos, de la pesca a las infraestructuras, ahora también la vivienda, pero los fondos europeos para la recuperación son quizá el capítulo que va a requerir un mayor esfuerzo de gestión, en Madrid y en Santiago, y de implementación en el tejido empresarial e industrial en particular.
Los precedentes de nuestra política quizá lleven a Besteiro, junto a Pontón y Rueda, a enredarse en las descalificaciones mutuas habituales y la guerra de guerrillas constante, pero haría bien el experimentado expresidente de la Diputación lucense en mantener, en la medida que la disputa política en la distancia corta lo permita, las líneas de su terreno de juego. Estamos tan necesitados de gestión práctica, ejecución de presupuestos y cumplimiento de las ambiciosas estrategias, que el potencial candidato Besteiro debiera saber orillar tanto las añagazas de sus opositores como la impaciencia de los propios compañeros.
Sería insufrible para la inteligencia progresista del país que Besteiro malbaratara la ilusión generada con su regreso a la política, recreándose indefinidamente en las cábalas al respecto de su futuro o acomodado en el papel de simple recepcionista de ministros. Necesitamos un gobierno del Estado que sea ejecutivo, que cumpla sus promesas y expectativas. El previsible futuro candidato socialista a la Xunta está en una posición clave para canalizar y acelerar, en su caso, este caudal imprescindible para Galicia. También para acreditar un estilo político diferencial.
José Ramón Gómez Besteiro ocupa la pole, ou a pola, en la parrilla de salida de quienes estarán en la pomada de la política gallega durante los próximos meses. Cumple con tantos de los requisitos necesarios, que es difícil imaginar una persona mejor situada para disputar las primarias dentro del PSdeG. Las circunstancias del momento inclinarán la balanza, pero hasta los años de ostracismo juegan a favor de su persona. ¿Será suficiente?. Más allá del morbo mediático de si será o cuándo será, de Besteiro se espera con inmediatez un discurso a la altura del país, de Galicia. De hecho, la Delegación del Gobierno es una magnífica plataforma para aterrizar en los asuntos que hoy preocupan a la sociedad gallega y que tienen en Pedro Sánchez a un protagonista inexcusable.
Ni Rueda ni Pontón darán los retóricos cien días de cortesía para que Besteiro estudie los dosieres pendientes. El tiempo apremia, la competencia es cerrada y al nuevo flamante Delegado del Gobierno la ciudadanía le va a exigir concreción, interlocución fluida con la sociedad y los distintos ministerios y ejecución de los compromisos presupuestarios y políticos. Son muchos los frentes abiertos, de la pesca a las infraestructuras, ahora también la vivienda, pero los fondos europeos para la recuperación son quizá el capítulo que va a requerir un mayor esfuerzo de gestión, en Madrid y en Santiago, y de implementación en el tejido empresarial e industrial en particular.
Los precedentes de nuestra política quizá lleven a Besteiro, junto a Pontón y Rueda, a enredarse en las descalificaciones mutuas habituales y la guerra de guerrillas constante, pero haría bien el experimentado expresidente de la Diputación lucense en mantener, en la medida que la disputa política en la distancia corta lo permita, las líneas de su terreno de juego. Estamos tan necesitados de gestión práctica, ejecución de presupuestos y cumplimiento de las ambiciosas estrategias, que el potencial candidato Besteiro debiera saber orillar tanto las añagazas de sus opositores como la impaciencia de los propios compañeros.
Sería insufrible para la inteligencia progresista del país que Besteiro malbaratara la ilusión generada con su regreso a la política, recreándose indefinidamente en las cábalas al respecto de su futuro o acomodado en el papel de simple recepcionista de ministros. Necesitamos un gobierno del Estado que sea ejecutivo, que cumpla sus promesas y expectativas. El previsible futuro candidato socialista a la Xunta está en una posición clave para canalizar y acelerar, en su caso, este caudal imprescindible para Galicia. También para acreditar un estilo político diferencial.
Suscríbete para seguir leyendo
- Máxima alerta de la Policía Nacional por el mensaje que está llegando a los móviles de miles de personas
- Una belleza de armas tomar
- Un nutricionista desvela qué es lo primero que le quita a los pacientes que quieren adelgazar
- Uno de los dos tripulantes gallegos desaparecidos sobrevivió al secuestro del atunero Alakrana del 2009
- El abandono no entiende de razas ni de dinero: mascotas que valen miles de euros llegan a A Madroa
- Condenan a dos años y medio de prisión al maquinista del Alvia y al exdirector de Seguridad de ADIF por el accidente de Angrois
- La familia del vigués que murió tras el concierto de Karol G anuncia denuncia: 'No hubo forcejeo ni pelea
- Mujer de más de 45 y sola busca ayuda