Cuatro Cosas

n n n / Paco Vedra

Está visto, fratres, que todos los que tienen paciencia consiguen algo. Y, a veces, incluso avecilla, cuya característica es la contraria –es tan impaciente que pondría nervioso al santo Job–. Pero le tocó la lotería en forma de buenos y sabrosos rumores que tienen mucho de cierto, aunque quien se los relata peca de cuando vez de autoproclamarse poncio cuando no pasa de centurión. Pero da igual, el pajarillo se hace el parvo y apunta todo aquello que interese conocer. Yes.

Fue el caso de lo que os contó sobre que en el PP de Vigo ya hay movida. Dependerá de los idus de mayo, pero el comité de resistencia ensaya ya su plan de acción. Claro que, hablando de estas cosas, y poniendo el pico hacia la faz del interlocutor para no perderse ni una letra, hace apenas unas horas coincidió con alguien que formaba parte del lobby gallego en Génova Street. Ahora, por eso de las vueltas que da la vida, trabaja para Isabel III en la corte madrileña. Jo...

Para entrar en tan selecto círculo hizo penitencia por sus pecados pasados –entre ellos llevarse bien con Soraya, la superEx, que conserva bastantes amigos, unos cuantos conocidos y mogollón de papeliños de esos que te pueden salvar en un momento dado la vida y la hacienda. Además del honor que, como diría el alcalde de Zalamea, “es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios”. Pues el interlocutor cuenta que hay cabreo por la “excesiva moderación” albertina. ¿No...?

El supuesto motivo sería, según el “cantante”, que el PPresidente no se digna a aparecer ni en la manifa contra los petrusianos y asociados. Avecilla oyó, estupefacta, como el antiguo militante marianista le relató que en los círculos y tertulias isabelinas creen que tiene “miedo”. No dicen de qué y por eso elude el choque directo con el lenguaraz Sánchez, al que consideran capaz de inventarse trolas si le conviene. Y por eso su amigo le recomienda que no deje de sobrevolar esa panorámica, por si acaso. ¿Capisci...?

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