Sol y sombra

El cheque

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

La inocentada de estas fechas es que el famoso cheque de 200 euros, pensado para acallar las subidas del combustible y de los precios en general, se traduce realmente en 17 euros al mes, es decir unos 50 céntimos al día para aliviar el coste de la cesta de la compra. La paga se dará solo una vez a las familias con ingresos inferiores a los 27.000 euros y no se renovará. Si algunos creyeron que los 200 euros eran mensuales me temo que están equivocados, no así los que desde el primer momento sospecharon que se trata de una tomadura de pelo propagandística en el mejor estilo peronista. De hecho, el cheque, auspiciado por Unidas Podemos, se inspira en el programa “Alimentar” del país austral. ¿Díganme entonces si no nos encontramos ante unos timadores que pretenden rentabilizar la política social por medio del engaño?

Efectivamente es una ayuda social de 200 euros entregada a partir de julio, pero se ha anunciado con la euforia de si se tratara de un paliativo sólido de la crisis. Lo primordial para el Gobierno es que está destinado a casi tres millones de beneficiarios de los que se espera contrapartida en las urnas en un año rabiosamente electoral. El cheque social ha creado expectativas que no cumple ni de lejos, a mí me parece un timo en toda la regla. Era Horacio el que decía que con frecuencia somos engañados por la apariencia de la verdad, que en los tiempos que corren se muestra cada vez más sospechosa en manos de quienes juegan con ella. En ese juego que se traen los trileros nos encontramos, incluso cuando se trata de beneficiarios con ingresos pequeños. ¿Alguien podría explicar cómo, del modo que indica la propaganda grandilocuente, es posible paliar con 50 céntimos al día las consecuencias de la crisis generada por la guerra de Ucrania en los bolsillos de las rentas más bajas?

En cualquier caso, buena entrada de 2023.