Tuercas, Doritos y Twitter

Xoel Ben Ramos

Me sorprende, y no tanto, lo de esa fábrica sevillana para reciclar coches que inauguró la ministra Maroto hace unos días. Al parecer es cosa de Renault. Estos galos llevaban tiempo experimentando con el proyecto hasta que hace un par de años lo pusieron en práctica y ni tan mal, señalan. Con lo que, si funciona en Francia, crucemos los Pirineos y manos a la obra. El plan es industrializar el proceso de “puesta a punto” de un coche ya entrado en años, subiéndolo otra vez a la cadena de montaje: unas cuantas piezas nuevas, revisión de chapa, quítame ahí esos óxidos y “tachán”, vehículo casi del paquete: “Usado Premium”.

Pinta que ese es el futuro, el de la economía circular. Aprovechar lo que tenemos, incluso reinventarlo si fuera preciso con nuevas utilidades. Antaño le decíamos reducir, reciclar y reutilizar y mucho antes: remendar, heredar de los mayores y gastar menos. Ahora le llaman círculo pero viene siendo lo mismo: hay poco, somos muchos y cada vez nos cuesta más sacarle materias primas a la tierra… en tanto que los vertederos desbordan plástico y siguen creciendo día a día. Si es que la teoría nos la sabemos, lo de ponerla en práctica cuesta más. Sin meternos en que desmantelar el actual sistema de consumo tampoco parece que resulte ser la idea triunfadora, más bien imagino un futuro colocando parches aquí y allá hasta la próxima pandemia, que esta sí será tecnológica (lo sospecho). Mientras aguardamos, nos moveremos entre lo ideal, lo deseable y la cruda realidad.

"El futuro es la economía circular. Aprovechar lo que tenemos, incluso reinventarlo si fuera preciso con nuevas utilidades. Antaño le decíamos reducir, reciclar y reutilizar y mucho antes: remendar, heredar de los mayores y gastar menos"

Hablando de esto me ha chocado la idea de Doritos. Han encargado un software para eliminar los crujidos de sus ruidosos aperitivos. Fascinante la tecnología. Al parecer en los directos, lo de comer y hablar es bastante frecuente como también lo son las quejas porque nada se entiende con la boca llena. Pues nada, que sigan comiendo pero sin oírse. Fuera crunchs, es lo ideal.

Quizás este software lo podrían pasar de tapadillo por Twitter, para barnizar esa capa insultona que habita en la pajarería. Es que lo vemos una y otra vez, la última en el España-Marruecos; parece que lo ganado en el campo de juego se debe perder en el bosque electrónico a golpe de hashtag insultón. Sería lo deseable, señor Musk.

Lo dicho, que vivimos entre ideas increíbles, cuya implementación sería genial, sin embargo nos damos de bruces con esta cotidianeidad tan insulsa. Por ejemplo, con la de ganas que tenemos en Vigo de cerrar el círculo de la automoción y viendo el parking envejecido que circula por la península que todavía estemos a la espera de abrir esa puerta, ¿será la cruda realidad?

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