El 19 de mayo de 1585 la tierra se abrió en Cumbre Vieja y el magma empezó a discurrir por la ladera sin prisa. La erupción de Tehuya es de las más relevantes de la historia palmera, dado que dio lugar a paisajes emblemáticos de La Palma, como Los Campanarios de Jedey o la configuración actual del litorial de Puerto Naos. Sin embargo, lo más relevante fue su duración, que hasta ahora la convertía en la más duradera de los últimos 500 años en la Isla Bonita: 84 días. 436 años y 4 meses después, la tierra se ha vuelto a abrir supurando tal cantidad de lava, que ha superado un hito hasta ahora inquebrantable.

Como la actual, la erupción de Tehuya también combinó fases de calma eruptiva con etapas de reactivación explosiva. De hecho, los historiadores consideran que esta es una de las erupciones que tuvo más fuerza en La Palma, no solo por la duración, sino también porque en sus fases finales tuvo tanta energía que logró sacar desde lo más profundo de la tierra unos grandes bloques fonolíticos que hoy se conoce como los campanarios de Jedey.

También generó una intensa actividad sísmica, de tal calibre que llegó a sentirse en todo el Archipiélago. El actual no se queda atrás, pues ha removido las entrañas de las Islas llegando a generar movimientos en El Hierro, Tenerife y La Gomera.