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Tribuna libre

¿Por qué estudiar una carrera científica?

Más allá de que mires hacia el fondo de los océanos más profundos, o bien levantes tu cabeza para apreciar la inmensidad del cosmos frente a la ridícula escala humana, puedes dar por hecho que en todas partes encontrarás algo íntimamente relacionado con la Ciencia.

Desde bien pequeño me considero una persona curiosa, y aunque quizá no desde una forma estrictamente científica en cuanto a rigurosidad, siempre me ha gustado hacerme la pregunta retórica sobre el porqué de las cosas. Es un claro indicador de que tienes un alma científica. Y no nos engañemos, no creo que solo sea para unos cuantos elegidos, sino que va estrechamenteligada a la naturaleza humana. Es sin lugar a dudas el placer de descubrir lo que nos diferencia del resto de especies en la Tierra (y más allá).

Fue de Richard P. Feynman, premio Nobel y físico teórico desarrollador de la bomba atómica, del que aprendí que esa era la verdadera tarea (y placer) de todo buen científico: descubrir los entresijos de la naturaleza mientras te lo pasas en grande. De hecho, y aunque ya tengo una base científica gracias a mis estudios de Ingeniería Industrial, lo que me ha llevado a comenzar Física este próximo curso ha sido la forma tan desenfadada, original y pomposa con la que observaba y apreciaba todo su entorno. Y aunque muchas veces el nombre de este personaje se haya visto ensombrecido por otros nombres como los de Newton, Einstein o Hawking, la verdad es que no tenía nada que envidiarles.

Con Feynman aprendí que un científico no tiene por qué ser una persona que se encierra en su laboratorio y se reúne única y exclusivamente con otros genios para reafirmarse sobre sus ideas, o donde prevalece la idea del más ilustre. De hecho, la verdadera genialidad de la mente científica está en el beneficio de la duda. Cuando uno asume que no sabe, sucede algo mágico, ya que es ahí cuando realmente puede aprender algo nuevo y fascinante. Aprendes a soñar con los ojos bien abiertos.

En cualquier caso, hay algo especial en esta historia, y es que las personas solemos encontrar verdaderamente seductivo tener a figuras referentes en un determinado área, que nos sirven de incentivo para probar suerte allí también. El ejemplo perfecto sucede en fútbol, y es que ciertamente no creo que a un niño o una niña le atraiga la simple idea de darle patadas a un balón sin ningún otro fin más allá, pero sí cuando ven a Ronaldo, a Messi o a Aspas por televisión logrando desatar la pasión de todo un país.

Es difícil que un adolescente tenga claro que quiera dedicarse a la ingeniería, las matemáticas o la física, ya que existe un nivel de conocimiento muy desordenado e impartido a ritmos frenéticos durante la etapa escolar. En cambio, gracias a los trabajos de divulgadores como “Date un Vlog”, “Derivando” o mi propio equipo en “Quantum Society”, los jóvenes pueden encontrar una forma alternativa, distendida y divertida de desentrañar las genialidades a su alrededor. Así, y aunque novayas a estudiar física cuántica el primer día de curso, te será de mucha ayuda saber inicialmente para qué servirá aquello a lo que vas a dedicar tantos años de tu vida, y qué mejor que bajo la lupa de las trayectorias científicas de algunas de las mentes más brillantes de la historia. Con todo, quizás algún día podrás lograr hazañas que cambien el destino del mundo como han hecho en vida Da Vinci, Marie Curie o Elon Musk.

Como bien dijo Richard Branson (Grupo Virgin) este mes de julio mientras flotaba en el espacio y alcanzaba su sueño de ser astronauta a sus 70 años, “a todos los niños soñadores de ahí abajo, si nosotros pudimos lograr esto, tan solo imaginad qué podréis lograr vosotros”.

*Universitario y coordinador de Quantum Society

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