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José Luis Míguez

Nuestro granito de arena: La gestión en la UVigo de la pandemia que nos ha tocado vivir

Estamos en los últimos compases de un curso académico que arrancaba con muchas incertidumbres, pero que la Universidade de Vigo ha conseguido superar con buena nota. El esfuerzo colectivo por parte de toda la comunidad universitaria en el cumplimiento de las medidas sanitarias, un buen trabajo en materia de digitalización, la implicación y el compromiso de los diferentes servicios (personas con nombres y apellidos), el refuerzo en inversiones estratégicas con el apoyo de la Xunta de Galicia y el mantenimiento del máximo nivel de actividad posible han sido las claves del éxito de la nueva normalidad (término que particularmente aborrezco) de la UVigo en este curso 2020-2021.

Siendo conscientes de que la Universidad cumple una función esencial e insustituible en la sociedad, el objetivo compartido de todos los que hacemos la UVigo fue mantenerla viva y activa, impidiendo que el virus afectara a la continuidad de la formación y la investigación que desarrollamos, cuyo cese dejaría sin duda importantes secuelas en la preparación de nuestro alumnado para su futuro profesional y en la competitividad de Galicia.

"Pudo dotarse con equipos informáticos a todas aquellas personas que no disponían de estos medios, para no dejar a nadie atrás"

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Por ello, ya en marzo del 2020, cuando hubo que detener toda la actividad presencial, se organizó y planificó con todas las áreas una nueva forma de trabajar que permitiese sacar el máximo rendimiento a las capacidades tecnológicas de las que disponía la universidad. Era seguir trabajando pero de otra manera, esto permitió mantener la actividad básica de gestión, indispensable soporte para ejecutar actuaciones urgentes de cara a adaptar el sistema universitario a su funcionamiento “en remoto” en un tiempo récord.

Se creó el gemelo digital de la universidad, todo lo que teníamos en presencial lo teníamos en virtual, cualquier aula física la replicamos en la web, sistema pionero en la universidad española, es lo que hemos dado en llamar campus remoto o nuestro MooVi como plataforma de Teledocencia para compartir documentación, realización de exámenes, etc. Pequeños grandes avances para un mundo convulso.

Asimismo, con el trabajo de la vicerrectoría de alumnado pudo dotarse con equipos informáticos a todas aquellas personas que no disponían de estos medios, para no dejar a nadie atrás, y se entregaron líneas de datos al alumnado que carecía de estos recursos para adaptarse a la educación “online”.

Inversiones imprescindibles para funcionar a distancia a las que se sumaron otros gastos necesarios para el mantenimiento del máximo nivel de actividad presencial permitido en condiciones de seguridad –mascarillas, geles, señalización, apertura de nuevos espacios, acondicionamiento de los existentes …–, y que requirieron una nueva planificación del presupuesto de gastos de las vicerrectorías, a fin de que se pudiesen asumir los costes derivados de la gestión de la COVID. Mención especial merecen todos los responsables COVID de los centros por su abnegado trabajo, como le he dicho a alguno de ellos, ya que nos tocó, a dar el callo.

Y muchas otras actuaciones que pueden parecer nimiedades pero que nos han permitido responder con solvencia las múltiples dificultades que todos hemos sufrido.

En el nuevo curso 2021-2022, la UVigo apuesta por recuperar la máxima actividad presencial que la situación sanitaria permita. Creemos que la buena marcha de la campaña de vacunación lo hará posible. Es para nosotros una obligación con toda la comunidad universitaria y el conjunto de la sociedad, desde el convencimiento de que el papel de la Universidad como lugar de encuentro para el avance del conocimiento es insustituible. Y lo haremos intentando mejorar, con las capacidades y las ventajas de haber desarrollado con éxito las primeras piezas de un sistema digital global de la universidad. Mientras tanto, mantengamos la serenidad que nos ha permitido llegar hasta aquí con más o menos sinsabores y sobresaltos para transitar al menos hacia el mundo que ya teníamos y que ansiamos. Terminaré haciendo extensiva a los lectores la palabra que tanto he empleado “CUIDAROS”, también en vacaciones.

*Vicerrector de planificación y sostenibilidad de la Universidad de Vigo

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