Los medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de la reforma promulgada por el papa Francisco de los cánones del Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina referidos al derecho penal. Una modificación que no está motivada solo por la inclusión de los delitos de pederastia, sino que arranca de la necesidad de actualizar esta normativa para que se convierta en un ágil instrumento correctivo ante las debilidades de los hombres y las mujeres que conforman la Iglesia. Los fines que hacen necesario el derecho penal en la Iglesia son el restablecimiento de las exigencias de la justicia, la enmienda del imputado y la reparación de los escándalos.