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Antonio Touriño

Mirador de lobeira

Antonio Touriño

La alternativa al avión

Llegar a Almería en cinco o seis horas casi es posible desde Vilagarcía de Arousa. Eso sí, hay que madrugar mucho para estar antes de que suene el silbato de las seis de la mañana en la estación de López Ballesteros de donde parte a diario hacia la madrileña de Chamartín, con llegada en torno a las once de la mañana, un precio altamente competitivo, unos veinte euros, ya que circula en “hora valle”. Hace solo unos meses que se dispone de esta conexión perdida hace medio siglo, como si se hubiera vitrificado para descongelarla en el futuro, ya presente.

Y ahora llega otra solución desde Renfe que permite unir Vigo-Madrid a través de Conxo, que en principio puede ahorrar otros quince minutos en el viaje directo, con paradas relámpago en Pontevedra, Ourense y Zamora. Una idea de Abel Caballero, primer ministro que habló del AVE en España allá por 1986.

La propuesta es que Santiago y Vilagarcía queden al margen en esta primera experiencia, tanto porque implicaría prolongar el tiempo del viaje más de cinco minutos, con lo que casi daría igual parar en la capital gallega. Ello no quiere decir que a corto plazo, los gestores repiensen el itinerario e indubitadamente comprueben que la parada en la capital arousana supone una ligera demora, como de forma locuaz se explica en las tabernas de A Baldosa.

Bueno es que la línea entre en funcionamiento, pues siempre será mejor acercarse a Pontevedra o Vigo, pese a las malas conexiones ferroviarias en horarios que combinen a conveniencia.

Pero habrá que tener cierta paciencia pues la línea de velocidad alta gallega lleva doce años de retraso y ahora quedan pequeños flecos para que sea una realidad, quizás en unos pocos meses.

Obviamente, los ciudadanos de O Salnés se merecen las mismas infraestructuras que los que residen en otros territorios de Galicia. Y también razonable que las instituciones se posicionen en esa dirección, por lo menos para que se la tenga en cuenta. El tren rápido será una alternativa clara al avión. Llegar a Valencia o a Barcelona en cinco o seis horas puede ser un lujo al alcance de todos, pero en estos momentos los 20 pasajeros diarios de promedio parece que no convencen al unísono.

Arousa tendrá que esperar. Comprobar la operatividad del nuevo servicio va a ser clave, pues al fin y al cabo es un negocio que tiene que demostrar su rentabilidad. Y una vez que se realicen todas esas prospecciones será el momento en el que Renfe pueda determinar si se hace una parada rapidita en la ciudad gallega a la que llegó el primer convoy de la historia.

Quizás haya que esperar algunos meses para que se cumpla el objetivo de que el tren sea la alternativa más sólida para competir con el avión en Galicia, tanto por tiempos como por precio y servicio. ¿Se imaginan ustedes que desde Vilagarcía se pueda llegar a un destino de vacaciones en la otra punta de la península en una sola mañana? Y además, ¿a un precio razonable? Pues esa es la opción que, con seguridad, tendrán los arousanos una vez que se estudie el recorrido definitivo de los nuevos Avant, por una línea que ha costado Dios y ayuda para que hoy sea una realidad.

Y será en ese momento cuando los arousanos entiendan que la propuesta de Renfe será competitiva y en vez de treinta pasajeros se quieran subir al tren trescientos, o más. Pero eso solo es posible cuando realmente el viaje en estos “trenes bala” demuestren que resultan ventajosos, es decir que se llegue en menos tiempo y a menos precio, y, por lo menos, con las mismas comodidades.

Y para eso también habrá que pensar en otras infraestructuras. Vamos, que todavía queda mucho por hacer...

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