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Jesucristo comía mucho pescado

La comida está presente de manera constante en los Evangelios. Desde los saltamontes y miel con que se alimentaba Juan Bautista, hasta las comidas que hace Jesús después de resucitado.

¿Pero qué comía Jesucristo, según los Evangelios? No son muy explícitos, come, cena, pero no se indica de manera demasiado clara cuales son los componentes de su dieta.

El pan, claramente sí. De trigo y de cebada, con y sin levadura, que es mencionada en diversas ocasiones. Vino, también. Su primer milagro tiene lugar en un banquete de boda, en el que participaba, “Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda”, dice san Juan Evangelista. Y, aunque nada nos comenta del menú, sí nos indica que faltaba vino y Jesús hace su primer milagro, el de las bodas de Caná.

Aunque Jesús bebía casi siempre agua, a ser posible fresca, el pan y el vino son fundamentales, tanto en su dieta, como en su profundo significado religioso.

En los mercados de Jerusalén había palomas, ovejas, terneros, bueyes y otras reses, por lo que es lógico pensar que Jesús los comiera. El cordero en Pascua, muy seguramente. El aceite, al menos los olivos, son mencionados varias veces. Al igual que las higueras y sus higos, uvas, cardos, mostaza. Pero enseguida se nos recuerda su constante relación con el pescado y los peces. Sus discípulos son mayoritariamente pescadores. Posiblemente por su significado de humilde pero imprescindible profesión.

Otro de sus milagros, que se repite, es la multiplicación de los panes y los peces. Luego ambos están en la dieta del momento. Y se nos hace ver que se comen muy frecuentemente, incluso cuando hay grandes aglomeraciones. Seguro que Jesús comía con ellos, comía pescado.

Los Evangelios no nos dicen qué peces eran los que comían, pero, por lógica, deberían ser los más frecuentes en el mar de Galilea, mar de agua dulce, que son: carpas (Tristamella simonis y Tristamella sacra), ambas endémicas del mar de Galilea; la sardina de Galilea (Acanthobrama terrasantae), también endémica de ese mar, pez San Pedro de Galilea (Sarotherodon galilaeus), barbos (Barbus longiceps y Carasobarbus canis), pez gato (Clarias gariepinus) y otros. (No se deben confundir los nombres comunes de esos peces del mar de Galilea con nuestras sardinas, pez San Pedro, etc., que son peces de aguas marinas y son especies diferentes).

Quizá el significado de los peces varíe en cada episodio. Es muy conocido el de los recaudadores de las dos dracmas, en el que Jesús le dice a Pedro: “ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti”. El pez proporciona la moneda para pagar los impuestos. Qué curioso.

Poco, o muy poco, se nos dice sobre cómo se cocinaban los alimentos. Solamente en un momento se explica claramente el tipo de cocinado. Cristo resucitado, nos cuenta Lucas, se aparece a los apóstoles y como estos no se lo acaban de creer por la alegría y como seguían atónitos, Jesús les dijo: “¿Tenéis ahí algo de comer? Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos”.

San Juan Evangelista nos dice que esto ocurrió en su tercera aparición a los apóstoles después de resucitado y que el pez asado lo comieron con un pan que también había sido calentado a la brasa.

Pues ya ven, en los Evangelios queda claro que Jesucristo comía mucho pescado.

*Miembro del Instituto de Estudios Vigueses y excidrector del IEO en Vigo

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