Después de mucho tiempo España tiene unos presupuestos, vitales para la estabilidad y la buena marcha de la economía. Esas cuentas de D. Pedro, más bien moderadas, han sido aprobadas gracias a Podemos y otro conjunto de partidos poco afectos al “régimen”. Los números de los presupuestos son la expresión efectiva de una voluntad política, pues al final la de gasto es la política real. Luego están otros números, los que monta cada partido o dirigente para contentar a sus votantes. Eso ya no es política de gasto, sino de gestos. Cuanto mayor haya sido el compromiso con los números del gasto (no del todo del gusto de Don Pablo y demás compañeros de viaje presupuestario) más estentóreos serán los números de la política de gestos, para sacar pecho y marcar la diferencia. Quien no entiende esto no sabe como funciona la cosa. Pero para que funcione tampoco hace falta que lo sepa todo el mundo.