Mi contribución al último informe Ardan de Zona Franca de Vigo, acaba con dos ideas principales. La primera es que el año 2020 será el peor año económico de Galicia desde la Guerra Civil. Aunque mejor que la media española, acabaremos exhaustos el ejercicio y con el virus todavía circulando y contaminando expectativas de empresarios y consumidores; que solo mejorarán conforme transcurran los meses en 2021 y las vacunas hagan su efecto. Además, como españoles, nos quedará una herencia en términos de deuda y déficit público que va a exigir la implementación de una estrategia de consolidación fiscal en los años venideros. Y eso significará menos margen para las políticas de desarrollo económico. Por tanto, necesitamos, más que nunca, impulsar la evaluación de políticas públicas y la implementación de proyectos piloto y "experimentos" para acertar. Toca utilizar los recursos públicos maximizando su eficacia en todos los ámbitos relevantes: innovación, infraestructuras o impulso a emprendedores. Esta es una idea en la que insistimos la Comisión de expertos económicos de la Xunta y en la que deberíamos ver ya avances claros. El tiempo pasa.
En segundo lugar, estamos obligados a aprovechar más y mejor las ventajas potenciales y las oportunidades escasamente explotadas. En el Informe de la Comisión de expertos se incide en la idea de los "proyectos tractores" volcados en la combinación de sostenibilidad ambiental, innovación y circularidad. Son las líneas por la que apuesta la Comisión Europea, encajan perfectamente con las potencialidades energéticas y los recursos naturales y productivos de Galicia y van a poder contar con la financiación extra del Fondo comunitario de reconstrucción. Es urgente definir el marco financiero y los instrumentos de gestión de estos proyectos para que estén en marcha cuanto antes. Si se hacen las cosas bien, la economía gallega puede salir diversificada y fortalecida de la crisis.
*Director de GEN (Uvigo) y del Foro Económico de Galicia
